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pan y cine y el santo

Santo Vs. las Lobas


Luba, la Reina de los Licántropos debe renacer para terminar con la raza humana.
Santo vs. Las Lobas tiene un montón de cosas recomendables y hace un esfuerzo sincero por definir una atmósfera de película de horror, especialmente en la secuencia inicial. Más tarde en la película, se monta una reunión de hombres lobos con su rey. Incluso el bajo presupuesto no es demasiado evidente; por ejemplo, mientras que la película no es tan brillante y (relativamente) elegante como las películas de Santo rodadas en ese mismo período en el sistema de estudios, cuenta con un número razonable de figurantes y algunas escenas son más elaboradas y complejas de lo que uno esperaría, especialmente la escena en que los hombres lobos atacan una furgoneta llena de niños que huyen de la hacienda y el banquete lleno de hombres lobos. Al comenzar la película, una joven rubia es llevada a una bodega abandonada por una voz incorpórea, que le dice: "Ven... ven". Llega frente a una peluda vieja, que dice que es Luba, la reina de los hombres lobos. Es tiempo para ella de renacer en un nuevo cuerpo, para lo que los licántropos destruirán a la raza humana y gobernarán al planeta. La rubia apuñala a la vieja Luba y se transforma en reina. Sus súbditos la pasean en alto.
Hay un corte entretenido de un hombre lobo aullando sobre el cuerpo de la vieja Luba con una multitud gritando y mirando una lucha de Santo. Después del match, la joven Luba lo visita en su camerino, diciéndole que es una gran fan suya y que le gustaría "conocerlo mejor" (goink goink). Santo se deshace de ella y llega otro visitante: el detective Jaime Pons, que dice que ha sido contratado por la familia Harker para hablar con él sobre los hombres lobos. Santo tiene dudas, pero acepta una carta de Pons en la que le dan instrucciones sobre su encuentro con César Harker.
Más tarde, cuando Santo se apronta a salir de la ensombrecida arena, es perseguido por varios ‘lobos' (pastores alemanes, y de hecho él mismo los llama "perros"). Después de una breve batalla en el ring, el Santo salta y se cuelga de una lámpara, ¡pidiendo ayuda! (Esto es asombroso: el Santo no puede derrotar a dos lobos). Cuando se aparecen los guardias de seguridad de la arena, los lobos se han ido y piensan que quizá Santo ha sufrido más golpes que los necesarios en la cabeza durante su carrera.
Entretanto, Pons, de vuelta al hotel, es aclamado por la ensangrentada Luba. Ella teme de que la ataquen hombres lobos. Vuelven a su habitación, donde él le da una bebida. Sin embargo, a medida que se conocen mejor, Luba se transforma en un hombre lobo (con una barba rubia y colmillos), persigue a Pons y finalmente lo mata.
En su departamento, Santo es sorprendido por un lobo que salta de su armario, pero desaparece enseguida. El Santo decide seguirlo. Al día siguiente encuentra a César Harker en un hotel en las afueras de la ciudad. Mientras conversan, una joven nadadora grita en la piscina pidiendo ayuda. César se zambulle para salvarla, pero ella trata de ahogarlo, de modo que el Santo tiene que saltar y noquearla. La sacan de la piscina, pero desaparece cuando ellos vuelven las espaldas. Harker le cuenta a Santo que su familia ha luchado contra los hombres lobos desde hace generaciones, pero que existe la profecía de que sólo un símbolo de plata podrá destruirlos para siempre, y eso quiere decir Santo.
Santo está de acuerdo en ayudar, pero primero tiene que participar en otro match. Cuando esto ocurre, César es asesinado por la hombre lobo Luba en su hacienda. Sus trabajadores persiguen a la mujer lobo herida y recogen su cuerpo cuando esta finalmente muere. La gitana Ana le cuenta a Julieta, una vecina de los Harkers, que la reina de los hombres lobos ha muerto; Julieta encierra a sus hijas Adriana y Eloísa.
Santo toma un tren hasta el pueblo más cercano a la hacienda de los Harker. El jefe de estación le muestra una gran caja que ha llegado recientemente de Transilvania, pero que no está dirigida a nadie. Más tarde esa misma noche, una banda de hombres lobos roba la caja de la estación. La abren en una ceremonia revelando a Licán, Rey de los Hombres Lobos. Dice que lo primero que hay que hacer es elegir a una nueva reina.
En una escena muy rara, Santo y el Gitano -el criado del doctor Marcus, hermano de Julieta- son perseguidos por los aldeanos que les preguntan demasiado. La otra cosa rara -aparte la gente que tira piedras y ¡dispara contra el Santo!- es que no hay una escena introductoria del Santo y el Gitano y, de hecho, Santo ni siquiera ve a Marcus sino hasta la secuencia final de los funerales de César.
Presente en el funeral están Eric Harker, Marcus, el hermano gemelo de César, Adriana y Eloísa (la novia de Eric). Eloísa le cuenta a Eric que piensa que ella es una mujer lobo, ya que recuerda la muerte del jefe de estación cuando robó la caja. Entretanto, Marcus informa a la policía local (Bruno Rey, que aparece entonces sólo para desaparecer por el resto de la película) de que la mujer lobo que mató a César lleva más de un mes de muerta.
Licán visita a Marcus, alegando que es un científico que está estudiando la evolución. Invita a todo el mundo a una recepción en su casa. Marcus declina, pero Santo, Eric, el Gitano, Adriana y Eloísa sí asisten. La recepción parece amistosa, pero después de un momento los invitados se tornan hombres lobos y atacan a todo el mundo! Los protagonistas escapan. De regreso en la residencia de Marcus, Santo encuentra a Marcus medio transformado en un hombre lobo. Le cuenta que su familia ha sido maldecida, pero que él es un buen hombre lobo. Santo, por alguna razón, también se cambiará en un hombre lobo (de acuerdo a Marcus) si no mata a Licán la noche de la Gran Luna Llena (que es la noche siguiente).
Preparan el asalto de los hombres lobos repartiendo rifles a los trabajadores (Santo les recuerda usar balas de plata -todo el mundo tiene una caja de estas en casa). Tratan de enviar lejos a los niños en una furgoneta conducida por Adriana, con el Gitano con una escopeta recortada, pero los hombres lobos emboscan el coche con grandes rocas y encendiendo arbustos, obligándolos a retroceder hacia la hacienda.
Esa noche, los hombres lobos atacan. Julieta se transforma en una mujer lobo y amenaza a Adriana y Eloísa, pero Santo interviene y la mata. Santo dice: "Era la reina de los hombres lobos". Luego se va detrás del rey, Licán, que corre mucho, hasta que Santo finalmente lo alcanza y lo arroja por un precipicio justo cuando sale el sol. Fin.
La trama tiene sus giros.
Por ejemplo, se sugiere que Adriana o Eloísa será la nueva reina de los hombres lobos, pero resulta que es Julieta, la inválida. Similarmente, la transformación de Marcus en un hombre lobo es una sorpresa, aunque ha estado actuando de manera muy extraña hasta este punto. Desafortunadamente, la continuidad es deficiente y cualquiera que haya sido el desarrollo de este personaje, esta falla lo hace disiparse. Repentinamente, Santo se interesa románticamente en Adriana, sin un señal previa. Luba (la joven) parece tener algún potencial como personaje malvado, pero es asesinado poco ceremoniosamente (y no queda claro que ella es la mujer lobo rubia que mató a César).
Santo versus las Lobas contiene un montón de elementos usados previamente (por el guionista Ramón Obón) en La Loba (1964): hombres lobos femeninos y masculinos, un misterio sobre qué personaje femenino es el hombre lobo, y un personaje bueno, musculoso y gitano (Crox Alvarado en una película anterior, Carlos Suárez aquí).

1972 Director Jaime Jiménez Pons, Rubén Galindo Reparto Santo (Santo), Rodolfo de Anda (César Harker; Eric Harker), Gloria Mayo (Adriana), Jorge Rusek [sic] (Licán), Federico Falcón (Jaime Pons), Eika Carlson [sic] (joven Luba), Nubia Marti (Eloísa), Carlos Suárez (Gitano), Rosa Furman (Ana), Bruno Rey (Capitán Pacheco), Tamara Garina (viejo Luba), Carlos Jordán (Dr. Jeremías Marcus), Emilia Carranza (Julieta), Roberto Meyer (Matías, jefe de estación), Nora Wolf, Silvia Mowat, Marga Dunhill, Guillermo Ayala , Marileen Kaey [¿Marilyn Kay?], Patricia Borges, Luis Ruvalcaba, Leticia Ochoa, Manuel Moreno, Miguel Lara.

©dwilt©traducción mQh
©ciudadela 58, junio 2003

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