Amor A Todo Gas
Ramón Ramón Torrado (dir), Rocío Durcal, Fernando Rey, Palito Ortega, Saza, Amalia de Isaura.
Arriba a Madrid la famosa cantante Laura Montes, que es recibida con poco barullo de prensa. El taxista del taxi la dice, cuando ella le pregunta si acaso se ha enterado de la llegada de la diva, que no, pero qué mejor, porque la diva ésa, canta peor que mi conserje, que es de origen bielorruso. A ella el corazón se le hace pedazos, pero no lo demuestra. Encima, él amenaza con freír a la cantante, si llegara a conocerla. A ella le da miedo, y cuando Wagner se aparece, la criada se hace pasar por ella, porque ella no podía encontrar el bicarbonato. Pero él se pone a cantar que a ella le cayó una lágrima en la nuca (¿en la nuca?), se va al garaje y se echa otra canción. Parece que dice que la mina (?) bajó del cielo. Aparece una señora que lo obliga a llevarla de paseo y él, claro, se pone furioso y la invita a verse cantar a sí misma. En lugar de eso, ella va a llamar por teléfono y dice, cuando al otro lado descuelgan el auricular: "Lo he perdido para siempre". Con su amigo, él trata de matar al acompañante, pero no pasa ná, se le montan encima del estómago y se ponen a cantar de lo más panchos. Entonces, la pareja decide irse a follar en un taxi, pero se quedan dormidos.
Se consume: cóctel, vino, pan, café, coñac, frutas y aceitunas . (Ciudadela 16, noviembre 1999, p. 16).
Arriba a Madrid la famosa cantante Laura Montes, que es recibida con poco barullo de prensa. El taxista del taxi la dice, cuando ella le pregunta si acaso se ha enterado de la llegada de la diva, que no, pero qué mejor, porque la diva ésa, canta peor que mi conserje, que es de origen bielorruso. A ella el corazón se le hace pedazos, pero no lo demuestra. Encima, él amenaza con freír a la cantante, si llegara a conocerla. A ella le da miedo, y cuando Wagner se aparece, la criada se hace pasar por ella, porque ella no podía encontrar el bicarbonato. Pero él se pone a cantar que a ella le cayó una lágrima en la nuca (¿en la nuca?), se va al garaje y se echa otra canción. Parece que dice que la mina (?) bajó del cielo. Aparece una señora que lo obliga a llevarla de paseo y él, claro, se pone furioso y la invita a verse cantar a sí misma. En lugar de eso, ella va a llamar por teléfono y dice, cuando al otro lado descuelgan el auricular: "Lo he perdido para siempre". Con su amigo, él trata de matar al acompañante, pero no pasa ná, se le montan encima del estómago y se ponen a cantar de lo más panchos. Entonces, la pareja decide irse a follar en un taxi, pero se quedan dormidos.
Se consume: cóctel, vino, pan, café, coñac, frutas y aceitunas . (Ciudadela 16, noviembre 1999, p. 16).
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