Las Brujas Mágicas
Mariano Ozores (dir), Andrés Pajares, Ángel de Ándres, Azucena Hernández, Paloma Hurtado.
Tres brujas en tetas invitan a un siervo de la gleba a buscar un diminuto anillo que se ha perdido en un molino. Pero, en plena búsqueda, aparece el ama, a cuyo marido le gusta jugar a las canicas. Don Lope es amigo de una bruja que vive con un cóndor en una caverna. Despechada porque el siervo la rechaza, doña Lope lo denuncia a la inquisición argumentando que ella es "la reserva moral de Occidente". Llega San Agustín (el inquisidor) que, en pro de la precisión de la descripción de los hechos, solicita de los culpables la repetición del aquelarre del que se les acusa, por lo que terminan estudiando anatomía femenina en el pajar de marras. En fin, que don Lope termina durmiendo en el cuarto de invitados. Dicho sea de paso, hay que recordar que esta película se sitúa en la época en la que los jarrones eran seres vivos, las pulgas medían diez centímetros de ancho y las mujeres salían a recoger agua cantando que iban a su "cantarina fuente". El siervo se enamora de la hija de don Lope, pero este les revela que son hermanos. La niña, desesperá, huye y se refugia en la caverna de las brujas, adonde llega su galán que, cuando la pellizca una teta, piensa que le está tirando de la oreja a su tío Leopoldo (además, este personaje tiene la particularidad de correrse aleteando como pato). Pero llega el inquisidor verdadero, un enano disfrazado de obispo, aunque con orejeras y una torre hifi portátil. En realidad, es el hijo de una bruja, hermana de la madre del siervo, por lo que son más primos que hermanos, aunque el abuelo sea propiamente hermano del tío, ya que su hijo se había desposado con la hermana de la sobrina. En pocas palabras, una película genial.
Personajes memorables: el amigo del siervo bonaerense, que habla en décimas (como Martín Fierro) y tangos (como Gardel).
Frases memorables: "Sí, pero ha-bía que palpa-llas".
"¿Por qué habrían de enterarse, bello corcel?"
Un pero: una de las brujas fue doblada por Loreto Valverde, lo que le da a la película un extraño toque.
Se consume o intenta consumir: empanadas, ajos verdes, cebollas lloronas, mejillones frescos, vino tinto, rabo de lagartija, cuerno de cabrito en polvo, caldo de gallina vieja, ternera, sapos verdes, leche de teta derecha de cabra, pan con harina (y salvado, paja de arroz y arcilla de patio), manzana, Rioja, pata de cabritillo au point, dientes de cornudo, tarántulas venenosas salteadas, culebras, sopa de lagartijas y pescado congelado. Ciudadela 8, marzo 1999, p. 12-13.
Tres brujas en tetas invitan a un siervo de la gleba a buscar un diminuto anillo que se ha perdido en un molino. Pero, en plena búsqueda, aparece el ama, a cuyo marido le gusta jugar a las canicas. Don Lope es amigo de una bruja que vive con un cóndor en una caverna. Despechada porque el siervo la rechaza, doña Lope lo denuncia a la inquisición argumentando que ella es "la reserva moral de Occidente". Llega San Agustín (el inquisidor) que, en pro de la precisión de la descripción de los hechos, solicita de los culpables la repetición del aquelarre del que se les acusa, por lo que terminan estudiando anatomía femenina en el pajar de marras. En fin, que don Lope termina durmiendo en el cuarto de invitados. Dicho sea de paso, hay que recordar que esta película se sitúa en la época en la que los jarrones eran seres vivos, las pulgas medían diez centímetros de ancho y las mujeres salían a recoger agua cantando que iban a su "cantarina fuente". El siervo se enamora de la hija de don Lope, pero este les revela que son hermanos. La niña, desesperá, huye y se refugia en la caverna de las brujas, adonde llega su galán que, cuando la pellizca una teta, piensa que le está tirando de la oreja a su tío Leopoldo (además, este personaje tiene la particularidad de correrse aleteando como pato). Pero llega el inquisidor verdadero, un enano disfrazado de obispo, aunque con orejeras y una torre hifi portátil. En realidad, es el hijo de una bruja, hermana de la madre del siervo, por lo que son más primos que hermanos, aunque el abuelo sea propiamente hermano del tío, ya que su hijo se había desposado con la hermana de la sobrina. En pocas palabras, una película genial.
Personajes memorables: el amigo del siervo bonaerense, que habla en décimas (como Martín Fierro) y tangos (como Gardel).
Frases memorables: "Sí, pero ha-bía que palpa-llas".
"¿Por qué habrían de enterarse, bello corcel?"
Un pero: una de las brujas fue doblada por Loreto Valverde, lo que le da a la película un extraño toque.
Se consume o intenta consumir: empanadas, ajos verdes, cebollas lloronas, mejillones frescos, vino tinto, rabo de lagartija, cuerno de cabrito en polvo, caldo de gallina vieja, ternera, sapos verdes, leche de teta derecha de cabra, pan con harina (y salvado, paja de arroz y arcilla de patio), manzana, Rioja, pata de cabritillo au point, dientes de cornudo, tarántulas venenosas salteadas, culebras, sopa de lagartijas y pescado congelado. Ciudadela 8, marzo 1999, p. 12-13.
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