Santo Contra Hombres Infernales
Malandras mexicano infiltra banda cubana de traficantes de drogas.
1958 [Mismo director y reparto que Santo Contra Cerebro Del Mal]
Rodada en Cuba al mismo tiempo que Cerebro del Mal, es una película muy mala, prácticamente sin guión ni acción. Joaquín Cordero pretende ser un malandras mexicano que huye de la ley para infiltrar a una banda cubana de contrabandistas de drogas. Santo (al que nunca se nombra) es un agente secreto de la policía que aparece unas pocas veces para pagarle la fianza a Cordero. Al final, la banda es capturada (off screen) y Cordero se reúne con su novia, Irma (Gina Romand). La película termina con una repetición de la escena del aeropuerto de Cerebro del Mal, en la que Enrique Zambrano y Fernando Osés miran el despegue de un avión y hablan de lo heroico que es el Santo, lo que es especialmente extraño, ya que en esta película Osés hace de malvado.
La razón principal por la que ver esta película son sus vistas de la Cuba pre-castrista (de hecho, Castro llegó a La Habana poco después de concluido el rodaje de la película). Cordero está bien; Gina Romand es guapa (es cubana, pero ya había aparecido en varias películas mexicanas), pero no tiene lugar en la trama y se pasa la mayor parte del tiempo mirando preocupada y sacudiendo la cabeza. Santo, como ya dijimos, sólo aparece un par de veces.
©dwilt
©traducción mQh
©ciudadela 57, mayo 2003
Rodada en Cuba al mismo tiempo que Cerebro del Mal, es una película muy mala, prácticamente sin guión ni acción. Joaquín Cordero pretende ser un malandras mexicano que huye de la ley para infiltrar a una banda cubana de contrabandistas de drogas. Santo (al que nunca se nombra) es un agente secreto de la policía que aparece unas pocas veces para pagarle la fianza a Cordero. Al final, la banda es capturada (off screen) y Cordero se reúne con su novia, Irma (Gina Romand). La película termina con una repetición de la escena del aeropuerto de Cerebro del Mal, en la que Enrique Zambrano y Fernando Osés miran el despegue de un avión y hablan de lo heroico que es el Santo, lo que es especialmente extraño, ya que en esta película Osés hace de malvado.
La razón principal por la que ver esta película son sus vistas de la Cuba pre-castrista (de hecho, Castro llegó a La Habana poco después de concluido el rodaje de la película). Cordero está bien; Gina Romand es guapa (es cubana, pero ya había aparecido en varias películas mexicanas), pero no tiene lugar en la trama y se pasa la mayor parte del tiempo mirando preocupada y sacudiendo la cabeza. Santo, como ya dijimos, sólo aparece un par de veces.
©dwilt
©traducción mQh
©ciudadela 57, mayo 2003
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