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pan y cine y el santo

Misión Suicida


Un doctor nazi le quiere lavar el cerebro a los dominicacnos.
Es una película moderadamente entretenida. La presencia de Patricia Ferrer es siempre gratificante y la idea de un grupo de mujeres comando parece buena. En el lado negativo, Misión Suicida contiene más errores de producción que habitualmente, incluyendo esta vez un micrófono visible, descarados alambres de una ´bomba´, un tiburón de goma y uno de los más impresionantes errores de continuidad. Santo y Lorena Velázquez salen de casa del primero y se dirigen al estadio. Afuera, son asaltados por cuatro matones, entre los cuales Carlos Suárez y Fernando Osés. Después de una larga pelea, el Santo y Lorena escapan. La siguiente secuencia es un injerto antiguo que muestra a Santo peleando en el ring y a Lorena sentada en las gradas; e inmediatamente detrás de ella, Suárez y Osés, aparentemente disfrutando del espectáculo. En ningún momento se dice que estos dos acaban de tratar de matar al Santo y ni siquiera le prestan atención a Lorena, que no está a más que pasos. Y luego, apenas termina el match, alguien trata de matar al Santo en su camerino. Osés reaparece y sostiene una breve balacera con Velázquez, volviendo así a asumir su identidad diabólica.
Otro aspecto curioso de Misión Suicida es que en España fue autorizada en la categoría de ´sólo para adultos´ -en México, en cambio, fue autorizada para todo público. En la versión mexicana se muestra a Lorena Velázquez y Patricia Ferrer desnudas, por la espalda.

Un científico nazi fugitivo, el doctor Muller (Juan Gallardo, con el pelo cano púrpura, mostacho y barbita de chivo) llega a México, secuestrado a Sudamérica por los secuaces de Sebastián. Muller tiene miedo de que sea una organización judía que se dedica a apresar a criminales de guerra la que se encuentra detrás del secuestro, pero Sebastián le dice que no, aunque sí que "desde ahora está al servicio de la potencia que derrotó a Alemania y a Hitler con la ayuda de los países occidentales" (vale decir, la Unión Soviética). Sebastián dirige en Santo Domingo un campo de entrenamiento para espías y saboteadores. Su plan es que el doctor Muller le lave el cerebro a los dominicanos, usando una droga secreta diseñada por los nazis. Pero, primero, Muller tiene que hacerse la cirugía estética para cambiar su aspecto.
Entretanto, Topacio, un agente de la Interpor, toma contacto con el Santo. Le piden su ayuda para desenmascarar a una organización de espías. Uno de los espías fue capturado. "¿Confesó?", pregunta el Santo. "Nada. No usamos la tortura para extraer confesiones", responde Topacio. "Desafortunadamente, quizá", comenta el Santo. El prisionero sufre así una operación de cirugía estética. Pronto, la hija del famoso cirujano plástico el doctor Richard Thomas, llega a México, y tendrá que contar con protección. Hay también otro agente de la Interpol asignado al caso, con el nombre secreto de Pisces. Sin embargo, el Santo llega demasiado tarde. La señorita Thomas es recogida del aeropuerto por Ana Silva, la empleada de la agencia de viajes. Su coche es atacado por varios hombres, que secuestran a la señorita. Ana le dispara a uno de los rufianes, pero los otros escapan con la prisionera. Llevan a la señorita Thomas a la casa de Sebastián, que la dice que le servirá de rehén para obligar a su padre a viajar a México -desde Nueva York- para hacer una operación para ellos. Se da orden de eliminar a Ana Silva. La señorita Thomas confiesa -después de que le retuercen los brazos- que Ana también trabaja como bailarina exótica night-club performer.
Esta es la señal para que empiecen los dos números musicales en un cabaret, uno por la talentosa Pola Sanders, y el otro por Ana. Varios de los hombres de Sebastián se abren camino hacia el camerino de Ana, pero ella ha desaparecido. Se va a casa del Santo y revela ser el agente Pisces. Él le ayudará a encontrar a Ana, pero primero tiene que pelear en el ring. Santo y Ana son atacados por más rufianes fuera, pero escapan; después de la pelea, Santo y Ana son atacados nuevamente; aparece otro agente de Interpol al rescate, pero lo matan. Los espías escapan. Al día siguiente, el doctor Thomas llega a México y es esperado por los hombres de Sebastián. El Santo, en un Corvette negro, los sigue, hasta que un camión se interpone. Sigue una larga pelea, y aunque le dan duro al principio, finalmente prevalece y toma prisionero a uno de los hombres. Sin embargo, el prisionero no habla. Más tarde más tipos malos vuelven a atacar a Santo y Ana, pero los obligan a retroceder. Esta vez, uno de los rufianes deja caer un brazalete con la inscripción: "A Elke, con amor, Santo Domingo, Octubre 1971" (un mes antes). Mientras revisan los archivos del servicio de inmigración mexicano buscando a Elke, el matón de Sebastián, Otto pone una bomba en el apartamento de Ana. Piensan que es el Santo y Ana mueren en la explosión que tiene lugar (pero se equivocan). Topacio dice que un tal Elke Baumann ha viajado de México a Sudamérica, un continente conocido por ser un refugio de viejos nazis. Actualmente ella vive en Santo Domingo, donde dirige un gimnasio para mujeres. Entretanto, el doctor Thomas opera a Muller, aunque el científico nazi tendrá que llevar los vendajes durante dos semanas antes de que pueda ver y mostrar su nueva cara. Santo y Ana viajan así a la República Dominicana. Ana se inscribe como alumna de la academia de Elke, donde demuestra su habilidad derrotando a Debbie, una de las profesoras de karate de Elke. Sin embargo, Elke tiene sospechas de Ana. Esa noche, el Santo entra a la oficina de Elke, encuentra un álbum de fotografías con una enorme swastika en la cubierta, y se lleva una. Después de noquear a un guardia, escapa a pesar de la persecución de las mujeres comando armadas. Topacio identifica al hombre de la foto como Sebastián, un antiguo oficial de la guardia de Hitler; después de la derrota de Alemania, Sebastián reprocha a los Estados Unidos y se une a los rusos. Es el jefe de una banda que envía espías y saboteadores a los Estados Unidos. Sin embargo, la Interpol no puede hacer nada hasta que el Santo esté se asegure de que el doctor Thomas y su hija están a buen resguardo y que Sebastián haya sido localizado. Otto y Elke tienen miedo de contarle a Sebastián lo que ha ocurrido.
Debbie, que es la hermana de Otto, advierte a Ana no preguntar demasiado acerca de la operación, pero llega tarde. Elke y Otto toman prisionera a Ana. Santo llega entonces pero también es apresado. Escapa zambulléndose en la piscina, derrotando al tiburón residente y nadando a través de un túnel que desemboca finalmente en un arroyo en alguna parte (y como ahora es de día, el túnel debe de haber sido muy largo). Entretanto, Debbie ayuda a Ana a escapar. Debbie cuenta que sus padres murieron durante el bombardeo de Berlín de 1945, que explica por qué Otto odia a los Estados Unidos. Debbie, que era muy joven en esa época, no siente simpatía hacia los nazis. En su viejo Corvette, ayuda al Santo y a Ana a volver al cuartel de los espías. Santo derrota a dos karatekas e irrumpe en el cuarto donde Sebastián, Elke, Otto, el doctor Thomas y su hija, etc., están esperando el desvelamiento de Muller. Estalla una pelea. En una hilarante escena, Sebastián y uno de sus matones se matan uno a otro (cuando el Santo, que está entre ellos, se deja caer repentinamente al suelo). Los agentes de Interpol arrestan a todo el mundo. Se revela entonces la cara de Muller: se ve más joven, pero la verdadera diferencia es una enorme swastika grabada en su frente por el doctor Thomas. Thomas dice, arriesgando su vida y la de su hija, que quería marcar al nazi.
Ana sale a por el Santo, que le atrae. Pero sólo encuentra su máscara, con el mensaje escrito: "Para Ana, con amor".

1971 Director Federico Curiel Adaptación Rafael García Travesí Guión Fernando Osés Reparto Santo (Santo), Lorena Velázquez (Ana Silva), Elsa Cárdenas (Miss Thomas), Dagoberto Rodríguez (Sebastián), César del Campo (Topacio), Guillermo Gálvez (Otto), Roxana Bellini (Elke), Patricia Ferrer (Debbie), Juan Gallardo (Dr. Muller), Paco Magaña (? Dr. Richard Thomas), Fernando Osés (matón), Carlos Suárez (matón), Ángela Rodríguez, Susy Bauzer, Carlos León (agente de Interpol disfrazado de camarero), Carlos Hennings, Yolanda Ponce, Pola Sanders (cantante), Los Teen Agers (combo), Margarito Luna (de la funeraria).

©dwilt

©traducción mQh
©ciudadela 67, marzo 2004

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