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pan y cine y el santo

El Mundo de los Muertos


Alicia, la novia del Santo, es poseída por una antigua bruja del siglo diecisiete.
En 1676, la Inquisición está tratando de erradicar de México una secta satánica. Cuatro de sus miembros son quemados en la hoguera, mientras Damiana, la gran sacerdotisa, mira desde lejos. Al regresar al cementerio, donde la esperan sus seguidores, Damiana invoca la asistencia de Satanás. Aparece repentinamente el Caballero Azul (Blue Demon): ha sido enviado a ayudarla a ejecutar su venganza (más tarde se revelará que es una buena persona cuya alma había sido poseída por el demonio).
Entretanto, el Caballero Enmascarado de Plata se encuentra con su amada, la pechugona y rubia Aurora. Se quiere casar con ella, pero sin exponerla a los peligros que lo amenazan. Más tarde, el Caballero hablará con el obispo. Sospechan que la rica doña Damiana es una aliada del demonio, pero no pueden probarlo. El obispo visita a Damiana en su casa, y cuando trata de desarmarlo, le muestra una cruz y la mira encogerse. Su siguiente visitante es el Caballero. Damiana le ofrece su amor, riqueza, poder, y más, si vende su alma a Satanás. Él rehúsa, ella trata de apuñalarlo, y el puñal deja un triángulo marcado en su piel cuando él la detiene.
Más tarde el Caballero es atacado por tres de los miembros de la secta que fueron quemados en la hoguera (parecen normales, aunque la piel es un poco gris), pero huyen cuando él les muestra un crucifijo. Se aparece el Caballero Azul para una pelea realmente buena (rompen y vuelcan un buen montón de muebles), pero desaparece en una nube de humo cuando (a) sale el sol y (b) cuando el Caballero de Plata le muestra su crucifijo.
Entretanto, Damiana ha ido a ver a Aurora -que duerme-, a la que apuñala hasta la muerte. El Caballero llega justo a tiempo para encontrar a su amada en la cama, cubierta de sangre, con el puñal clavado en su amplio busto (luego el puñal se esfuma). Atrapan a Damiana y la condenan a morir quemada en la hoguera. Mientras se quema, dice que en 300 años sus descendientes matarán a los suyos (Carlos León, como verdugo de la Inquisición, sonríe satisfactoriamente cuando enciende la hoguera, tanto le gusta su trabajo).
Oímos en voiceover: "Y 300 años más tarde, la maldición se cumplió". Alicia, que es la imagen de doña Damina, despierta gritando. Ha tenido otra pesadilla. Su padre, don Alfonso (que se parece al jefe de la Inquisición), la consuela. En una escena algo torpe, el Santo y Alicia visitan un viejo convento con un grupo de turistas. Se ven algunas momias y Alicia dice que siente como que ha estado allí antes. Es justo el lugar donde quemaron a Damiana.
El Santo y Alicia se comprometen en nupcias, pero sin determinar aún la fecha. En la fiesta, donde la mitad de los invitados son réplicas exactas de gente del período colonial, el padre Francisco (cuyo ancestro era el obispo) le cuenta a otro invitado que Alicia ha estado sufriendo de alucinaciones y sonambulismo.
Más tarde, después de que se ha ido todo el mundo, Alicia sigue a una figura cubierta con un velo negro (doña Damiana; en el subterráneo encuentra el puñal, guardado en un viejo armario. Lo lleva a su cuarto y lo esconde. Entonces, por medio de una doble exposición, Damiana entra en posesión del cuerpo de Alicia. Llevando una enagua negra, ahora puede atravesar las murallas. El Santo se está preparando para una pelea en el estadio. Su asistente Alberto cree que ha visto pasar algo (Damiana). Luego se la verá entre el público. El oponente del Santo se vuelve loco, trata de estrangular al Santo con una toalla, le pega al referí, y termina sacando al Santo a patadas del cuadrilátero. Lo descalifican.
El padre Francisco se encuentra leyendo acerca de la muerte de doña Damiana en 1670 (¿o era 1676?); se aparece la borrosa figura de Damiana tratando de apuñalarlo, pero se ve repelida por el crucifijo que hay en su escritorio. Alberto, el ayudante del Santo, no tiene tanta suerte. Escucha ruidos en su departamento y luego las luces se apagan. Con una pistola en la mano, llama al Santo; dispara, sin ningún resultado, por cierto, y grita.
El Santo, que acude en ayuda de su amigo, es atacado por tres luchadores fantasmas. La pelea continúa afuera, pero los luchadores huyen cuando escuchan el cacareo de un gallo anunciando el alba. [Esta secuencia es terriblemente irritante: el decorado del interior de la casa del Santo es razonablemente lujoso, pero cuando los púgiles salen fuera se encuentran repentinamente en una calle de un pueblo del Oeste en los estudios de Churubusco].
El padre Francisco, don Alfonso y el Santo discuten sobre el asunto. Cuando don Alfonso muestra su incredulidad con respecto a la posesión de su hija, el padre Francisco lee la historia del cerdo de Gadarene, del evangelio de San Lucas. Cuelgan un crucifijo del cuello de Alicia, pero cuando ella duerme, Damiana echa una maldición a don Alfonso. La posesa Alicia/Damiana le entrega un puñal a los luchadores fantasmas y les dice que maten al Santo.
El Santo vuelve al estadio. Sospechosamente, su contrincante sube al ring con la cara cubierta completamente por una toalla. Suena el gong y el Santo se da cuenta de que es un fantasma. Así aparecen otros dos fantasmas en el ring. Lo sujetan en la lona y lo apuñalan. Lo trasladan al hospital, de donde, después de una operación le darán de alta.
Más tarde, Damiana echa una enorme tarántula sobre el Santo cuando este se distrae leyendo. El padre Francisco y el Santo se enfrentan a Damiana y a los luchadores fantasmas en el cementerio. Pero cuando se les muestra un crucifijo, desaparecen. Damiana/Alicia se desmaya. La llevan a casa, donde el doctor dice que se está muriendo. El padre Francisco, siempre deseoso de compartir las buenas nuevas, dice que si muere mientras sigue poseída, su alma se perderá para siempre. El Santo cree lo mismo y la salva. Mirándola fijamente, entra en el rojo mundo de los muertos.
Esta secuencia es muy imaginativa: pues también hay lamentos, lava borboteando y aullidos de monstruos. El Santo alcanza a Alicia y trata de llevarla de vuelta, pero son atacados por luchadores fantasmas. El Caballero Azul aparece repentinamente y ayuda al Santo a derrotarlos. Damiana desaparece en una columna de fuego. El Santo agradece al Caballero, que replica: "De nada. Con esto me liberé después de más de 300 años". Le advierte al Santo que debe cruzar con Alicia el puente de cuerda que hay entre la vida y la muerte antes de que se acabe el tiempo y se queden atrapados para toda la eternidad. Aunque casi completamente rodeado por el fuego, cruza la pasarela con Alicia en los brazos.
La película termina con el Santo y Alicia alejándose tomados de la mano. El narrador dice que las fuerzas del mal han sido derrotadas.

1969 Director Gilberto Martínez Solares Guión Rafael García Travesí Historia Rafael García Travesí, Jesús Sotomayor Martínez Reparto Santo (Caballero Enmascarado de Plata; él mismo), Blue Demon (Caballero Azul), Pilar Pellicer (doña Damiana Velázquez; Alicia), Carlos León (verdugo; invitado a la fiesta), Antonio Raxel (jefe de la Inquisición; don Alfonso), Guillermo [Álvarez] Bianchi (obispo; Padre Francisco], Carlos Suárez (miembro de la Inquisición; el ayudante del Santo), Mary Montiel (mujer torturada; invitada a la fiesta), Betty Nelson (Aurora), Eduardo MacGregor (sacerdote), Ramiro Orsi [sic] (Alberto, entrenador del Santo), Marcelo Villamil (invitado a la fiesta y anunciador de ring), Fernando Yapur (guía turístico), Juan Garza (rival en el ring).

©dwilt

©traducción mQh
©ciudadela 62, octubre 2003

1 comentario

omar garcia travesi becuar -

es una muy buena pelicula pero aun me queda mucha duda de quien fue mi abuelo