Santo el Enmascarado de Plata Vs. la Invasión de los Marcianos
Los marcianos llegan a la Tierra y secuestran a unos mexicanos.
Divertida película del Santo que algunos clasificarían como camp (en realidad hay algunas escenas curiosas, como los largos números musicales realizados por las marcianas en traje de bailarinas). Dirigidos por Argos, los marcianos llegan a la Tierra decididos a implantar el desarme nuclear. Pero su primera aparición en televisión no la toma nadie en serio, de modo que deciden hacer algo que inspire temor entre los humanos. Así aterrizan en México, desintegrando a un gran número de transeúntes inocentes, incluyendo numerosas mujeres y niños. También secuestran a algunos para llevarlos a Marte. La única falla en su plan es la resistencia del Santo y su amigo el científico Ordorica. Al final, el Santo le roba a un marciano su cinturón transportador y lo sigue hasta su nave. Abre la escotilla permitiendo que el ponzoñoso aire de la Tierra penetre en el interior de la nave, libera a los rehenes y hace volar a los marcianos.
Hay varias cosas interesantes en esta película, empezando por los marcianos mismos. Aunque se transforman a veces en personas de apariencia normal, como seres humanos, como marcianos que son tienen cabezas grandes (llevan una especie de casco gigante de fútbol americano, con un tercer ojo en la frente de donde salen los rayos que desintegran a la gente) y cabellos rubios. Como todos los marcianos son representados por musculosos luchadores y las marcianas se ven todas bien dotadas con sus mini-faldas, Marte aparentemente es un gigante centro de deportes.
Cuando los marcianos se transportan' a sí mismos a varias localidades de la Tierra, su llegada es anunciada por haces de luces, el pitido de algún tren y una suerte de kaboing. Deben ingerir píldoras para protegerse del aire de la Tierra (aunque los rehenes humanos aspiran el aire marciano de la nave sin ninguna dificultad) y naturalmente las píldoras pierden su efectividad en los momentos más inoportunos.
En esta película el Santo pierde dos veces su máscara: la primera vez, sin embargo, estaba preparado, pues debajo de ella lleva otra, y la segunda es para que Maura Monti y otras chicas marcianas puedan darle un beso (aunque se trata de una fantasía inducida hipnóticamente).
1966 Director Alfredo B. Crevenna Guión Rafael García Travesí Reparto Santo (él mismo), Wolf Ruvinskis (Argos), El Nazi (marciano), Ham Lee (Morfeo), Beni Galán (marciano), Eduardo Bonada (marciano), Antonio Montoro, Maura Monti (Afrodita), Belinda Corell (Diana), Eva Norvind (Selene), Gilda Mirós (Artemisa), Manuel Zozaya (Profesor Odorica), Consuelo Frank (madre secuestrada 1), Alicia Montoya (madre secuestrada 2), Roy Fletcher (padre secuestrado 2), Mario Sevilla (padre secuestrado 1), Nicolás Rodríguez (Padre Lorenzo Fuentes), N. León Frankestein (púgil), Rosa Furman (esposa en una fiesta), Sergio Ramos (colega de Odorica), Aaron Hernán (Fernández), Ramón Menéndez (manager de cabaret), Demetrio González (cantante en la televisión), José Loza (escritor de ciencia ficción)
Niños: Pepito Velázquez, Juan Antonio Edward, Yolanda Guzmán.
©dwilt
©traducción mQh
©ciudadela 60, agosto 2003
Hay varias cosas interesantes en esta película, empezando por los marcianos mismos. Aunque se transforman a veces en personas de apariencia normal, como seres humanos, como marcianos que son tienen cabezas grandes (llevan una especie de casco gigante de fútbol americano, con un tercer ojo en la frente de donde salen los rayos que desintegran a la gente) y cabellos rubios. Como todos los marcianos son representados por musculosos luchadores y las marcianas se ven todas bien dotadas con sus mini-faldas, Marte aparentemente es un gigante centro de deportes.
Cuando los marcianos se transportan' a sí mismos a varias localidades de la Tierra, su llegada es anunciada por haces de luces, el pitido de algún tren y una suerte de kaboing. Deben ingerir píldoras para protegerse del aire de la Tierra (aunque los rehenes humanos aspiran el aire marciano de la nave sin ninguna dificultad) y naturalmente las píldoras pierden su efectividad en los momentos más inoportunos.
En esta película el Santo pierde dos veces su máscara: la primera vez, sin embargo, estaba preparado, pues debajo de ella lleva otra, y la segunda es para que Maura Monti y otras chicas marcianas puedan darle un beso (aunque se trata de una fantasía inducida hipnóticamente).
1966 Director Alfredo B. Crevenna Guión Rafael García Travesí Reparto Santo (él mismo), Wolf Ruvinskis (Argos), El Nazi (marciano), Ham Lee (Morfeo), Beni Galán (marciano), Eduardo Bonada (marciano), Antonio Montoro, Maura Monti (Afrodita), Belinda Corell (Diana), Eva Norvind (Selene), Gilda Mirós (Artemisa), Manuel Zozaya (Profesor Odorica), Consuelo Frank (madre secuestrada 1), Alicia Montoya (madre secuestrada 2), Roy Fletcher (padre secuestrado 2), Mario Sevilla (padre secuestrado 1), Nicolás Rodríguez (Padre Lorenzo Fuentes), N. León Frankestein (púgil), Rosa Furman (esposa en una fiesta), Sergio Ramos (colega de Odorica), Aaron Hernán (Fernández), Ramón Menéndez (manager de cabaret), Demetrio González (cantante en la televisión), José Loza (escritor de ciencia ficción)
Niños: Pepito Velázquez, Juan Antonio Edward, Yolanda Guzmán.
©dwilt
©traducción mQh
©ciudadela 60, agosto 2003
0 comentarios