Atacan las Brujas
La Reina de las Brujas quiere sacrificar al Santo en honor de su señor Satanás.
Aunque barata, es una película entretenida y comparte todas los rasgos de otras pleículas y el Santo y Blue Demon producidas Vergara.
Las dos últimas películas de el Santo para este productor -El Barón Brákola y Profanadores de Tumbas- son algo mejores (vale decir, más bizarras y más campy), pero Atacan las Brujas y El Hacha Diabólica también tienen sus grandes momentos.
La película empieza con una larga secuencia de créditos. Ofelia tiene visiones de Satanás, del Santo, de animales embalsamados, de lagartos vivos y otras cosas extrañas. El Santo entra a un viejo edificio y pelea con dos enmascarados, que finalmente lo reducen. Lo atan a una mesa y a Ofelia a otra.
Los discípulos (cuatro o cinco mujeres vestidas al estilo griego clásico y tres gordinflones) invocan a la Reina de las Brujas, Mayra, que les promete sacrificar al Santo y a Ofelia en honor de su amo Satanás (que tiene cuernos y la cara peluda).
Santo logra liberarse y, con su cuerpo y brazos, arroja una sombra en la forma de una cruz. Las brujas huyen.
Ofelia despierta repentinamente. Ha vuelto a tener el mismo sueño, una y otra vez. Ofelia le cuenta a su amigo Arturo que después de la muerte de sus padres, Elisa Cárdenas, la antigua secretaria, la ha visitado con noticias sobre el testamento: Ofelia deberá vivir en la vieja mansión durante un año antes de poder heredar. Arturo le dice que el héroe enmascarado de sus sueños existe de verdad y se llama el Santo.
Arturo discute el caso con el Santo: la verdadera Elisa Cárdenas murió hace 15 años y su cuerpo ha sido ocupado por una bruja. Pero, ¿por qué? Santo recorre la vieja casa y es atacado por unos matones. De casualidad hace el signo de la cruz y los matones ponen pies en polvorosa. Cuando se aleja, el Santo recoge a una atractiva y joven mujer. No lo sabe, pero es Medusa, una de las asistentes de Mayra, que lo conduce a otra vieja casona, donde se dedica a aparecer y desaparecer. Se aparece repentinamente en el dormitorio, con un bikini minúsculo. El Santo se dice a sí mismo: "Soy la víctima de una seducción infernal".
En lugar de besar a Medusa, la empuja: "¡Vuelve a las tinieblas de donde has venido!" Derrumbando la puerta a patadas, el Santo escapa.
Con Arturo vuelve a la casa, que ahora está llena de telarañas. Al entrar a la habitación con la puerta destrozada, encuentran un ataúd en lugar de un cama. Arturo le dice al Santo que las brujas sólo pueden ser derrotadas con el signo de la cruz y la luz del día. Santo no lo entiende cómo pudo espantarlas. Cuando parten (Santo se marcha en su elegante coche deportivo, Arturo tiene un cacharro), Arturo tiene visiones de la carretera y de un choque. Los secuaces de Mayra secuestran al inconsciente Arturo. Mayra ordena mentalmente a Ofelia a quitarse la cruz que lleva, y así Ofelia también es capturada.
En las mazmorras de las brujas Arturo, hipnotizado, y tres matones dominan al Santo cuando este se aparece por ahí. Santo y Ofelia deben ser sacrificados en honor a Satanás en un momento preciso, pero Mayra no quiere esperar; sin embargo, Santo pega un brinco, se apodera de varias antorchas (ha escuchado decir a Mayra que son vulnerables ante la cruz, la luz diurna y extintores de fuego -¡gracias Mayra por la información!). Las brujas se transforman en murciélagos y escapan volando. Más tarde, Satanás le dirá a Mayra que debe sacrificar a Santo y a Ofelia, o sino se enfadará mucho.
Es tiempo para una pelea en el ring. Curiosamente, esta pelea parece haber sido sacada de otra película anterior del Santo, ya que se puede ver a Augusto Benedico en la esquina del Santo, y su rival es Fernando Osés, uno de los secuaces de las brujas, pero aparentemente en otro rol aquí.
Santo está durmiendo (con su máscara, capa, malla, etc.) y es hipnotizado por Mayra. Medusa hipnotiza a Ofelia -que duerme en el cuarto de al lado- apuntándola con sus largas uñas. Arturo entra en el cuarto y se lo llevan. Cuando despierta el Santo se apresura hacia el cuartel general de las brujas, pero las mazmorras están vacías. A la noche siguiente, Mayra envía a un gigantesca araña a morder al Santo, pero él la aplasta. Se aparece Ofelia, que dice que se ha escapado, pero tienen que salvar a Arturo. Vuelve a la vieja casona. Repentinamenet, Ofelia se cambia en Mayra: ¡era un truco!
Santo entra, casi cae en un pozo lleno de estacas (dos de los matones le aplastan los dedos, pero él no se suelta; finalmente, uno de los matones cae en el pozo y muere empalado). Lo amarran a un mesa para el sacrificio, pero -como hizo antes ya dos veces (bueno, una de esas veces fue en el sueño de Ofelia)- se libera y escapa corriendo. Vuelve con una enorme cruz de madera que agita como un letrero de vía férrea, la que (como en Horror Hotel) hace que las brujas prendan fuego (una de ellas es un muñeco que prende fuego, el resto de las brujas son quemadas' por medio de superimposiciones). Antes de arder, Mayra le clava el puñal ceremonial a Arturo, pero se cura milagrosamente. Santo dice que el mal que han causado las brujas desaparece cuando mueren). Mientras Ofelia y Arturo se abrazan, el Santo brinca en su coche deportivo y se aleja.
Atacan las Brujas está construido de manera algo torpe: la secuencia inicial es bastante extraña y no se reconoce inmediatamente como un sueño (o, para ser más precisos, empieza como sueño pero no parece ser uno). La trama no es más que una serie repetitiva de secuestros, sacrificios abortados y fugas. Hay algunos toques y secuencias divertidas, como por ejemplo el intento fallido de Mayra de seducir al Santo, pero en general la película fue montada tan descuidadamente que es difícil apreciar estos aspectos positivos.
Básicamente, esta película es una versión más barata de Santo vs. las Mujeres Vampiro, usando muchos detalles estilísticos y de la trama (como hasta los trajes de las vampiras) de una película anterior. No es tan buena como su predecesora, pero, en general, es ligeramente entretenida.
1964 Director José Díaz Morales Guión Rafael García Travesí, Fernando Osés
Reparto Santo (él mismo), Lorena Velázquez (Elisa Cárdenas-Mayra), María Eugenia San Martín (Ofelia), Ramón Bugarini (Arturo), Fernando Osés (matón), Crox Alvarado (matón y abogado), Edaena Ruiz (Medusa), Guillermo Hernández Lobo Negro (matón); Altia Michel, María Montiel, Alma Pichardi (Alma Rojo), Rito Romero, Juan Garza.
©dwilt
©traducción mQh
Las dos últimas películas de el Santo para este productor -El Barón Brákola y Profanadores de Tumbas- son algo mejores (vale decir, más bizarras y más campy), pero Atacan las Brujas y El Hacha Diabólica también tienen sus grandes momentos.
La película empieza con una larga secuencia de créditos. Ofelia tiene visiones de Satanás, del Santo, de animales embalsamados, de lagartos vivos y otras cosas extrañas. El Santo entra a un viejo edificio y pelea con dos enmascarados, que finalmente lo reducen. Lo atan a una mesa y a Ofelia a otra.
Los discípulos (cuatro o cinco mujeres vestidas al estilo griego clásico y tres gordinflones) invocan a la Reina de las Brujas, Mayra, que les promete sacrificar al Santo y a Ofelia en honor de su amo Satanás (que tiene cuernos y la cara peluda).
Santo logra liberarse y, con su cuerpo y brazos, arroja una sombra en la forma de una cruz. Las brujas huyen.
Ofelia despierta repentinamente. Ha vuelto a tener el mismo sueño, una y otra vez. Ofelia le cuenta a su amigo Arturo que después de la muerte de sus padres, Elisa Cárdenas, la antigua secretaria, la ha visitado con noticias sobre el testamento: Ofelia deberá vivir en la vieja mansión durante un año antes de poder heredar. Arturo le dice que el héroe enmascarado de sus sueños existe de verdad y se llama el Santo.
Arturo discute el caso con el Santo: la verdadera Elisa Cárdenas murió hace 15 años y su cuerpo ha sido ocupado por una bruja. Pero, ¿por qué? Santo recorre la vieja casa y es atacado por unos matones. De casualidad hace el signo de la cruz y los matones ponen pies en polvorosa. Cuando se aleja, el Santo recoge a una atractiva y joven mujer. No lo sabe, pero es Medusa, una de las asistentes de Mayra, que lo conduce a otra vieja casona, donde se dedica a aparecer y desaparecer. Se aparece repentinamente en el dormitorio, con un bikini minúsculo. El Santo se dice a sí mismo: "Soy la víctima de una seducción infernal".
En lugar de besar a Medusa, la empuja: "¡Vuelve a las tinieblas de donde has venido!" Derrumbando la puerta a patadas, el Santo escapa.
Con Arturo vuelve a la casa, que ahora está llena de telarañas. Al entrar a la habitación con la puerta destrozada, encuentran un ataúd en lugar de un cama. Arturo le dice al Santo que las brujas sólo pueden ser derrotadas con el signo de la cruz y la luz del día. Santo no lo entiende cómo pudo espantarlas. Cuando parten (Santo se marcha en su elegante coche deportivo, Arturo tiene un cacharro), Arturo tiene visiones de la carretera y de un choque. Los secuaces de Mayra secuestran al inconsciente Arturo. Mayra ordena mentalmente a Ofelia a quitarse la cruz que lleva, y así Ofelia también es capturada.
En las mazmorras de las brujas Arturo, hipnotizado, y tres matones dominan al Santo cuando este se aparece por ahí. Santo y Ofelia deben ser sacrificados en honor a Satanás en un momento preciso, pero Mayra no quiere esperar; sin embargo, Santo pega un brinco, se apodera de varias antorchas (ha escuchado decir a Mayra que son vulnerables ante la cruz, la luz diurna y extintores de fuego -¡gracias Mayra por la información!). Las brujas se transforman en murciélagos y escapan volando. Más tarde, Satanás le dirá a Mayra que debe sacrificar a Santo y a Ofelia, o sino se enfadará mucho.
Es tiempo para una pelea en el ring. Curiosamente, esta pelea parece haber sido sacada de otra película anterior del Santo, ya que se puede ver a Augusto Benedico en la esquina del Santo, y su rival es Fernando Osés, uno de los secuaces de las brujas, pero aparentemente en otro rol aquí.
Santo está durmiendo (con su máscara, capa, malla, etc.) y es hipnotizado por Mayra. Medusa hipnotiza a Ofelia -que duerme en el cuarto de al lado- apuntándola con sus largas uñas. Arturo entra en el cuarto y se lo llevan. Cuando despierta el Santo se apresura hacia el cuartel general de las brujas, pero las mazmorras están vacías. A la noche siguiente, Mayra envía a un gigantesca araña a morder al Santo, pero él la aplasta. Se aparece Ofelia, que dice que se ha escapado, pero tienen que salvar a Arturo. Vuelve a la vieja casona. Repentinamenet, Ofelia se cambia en Mayra: ¡era un truco!
Santo entra, casi cae en un pozo lleno de estacas (dos de los matones le aplastan los dedos, pero él no se suelta; finalmente, uno de los matones cae en el pozo y muere empalado). Lo amarran a un mesa para el sacrificio, pero -como hizo antes ya dos veces (bueno, una de esas veces fue en el sueño de Ofelia)- se libera y escapa corriendo. Vuelve con una enorme cruz de madera que agita como un letrero de vía férrea, la que (como en Horror Hotel) hace que las brujas prendan fuego (una de ellas es un muñeco que prende fuego, el resto de las brujas son quemadas' por medio de superimposiciones). Antes de arder, Mayra le clava el puñal ceremonial a Arturo, pero se cura milagrosamente. Santo dice que el mal que han causado las brujas desaparece cuando mueren). Mientras Ofelia y Arturo se abrazan, el Santo brinca en su coche deportivo y se aleja.
Atacan las Brujas está construido de manera algo torpe: la secuencia inicial es bastante extraña y no se reconoce inmediatamente como un sueño (o, para ser más precisos, empieza como sueño pero no parece ser uno). La trama no es más que una serie repetitiva de secuestros, sacrificios abortados y fugas. Hay algunos toques y secuencias divertidas, como por ejemplo el intento fallido de Mayra de seducir al Santo, pero en general la película fue montada tan descuidadamente que es difícil apreciar estos aspectos positivos.
Básicamente, esta película es una versión más barata de Santo vs. las Mujeres Vampiro, usando muchos detalles estilísticos y de la trama (como hasta los trajes de las vampiras) de una película anterior. No es tan buena como su predecesora, pero, en general, es ligeramente entretenida.
1964 Director José Díaz Morales Guión Rafael García Travesí, Fernando Osés
Reparto Santo (él mismo), Lorena Velázquez (Elisa Cárdenas-Mayra), María Eugenia San Martín (Ofelia), Ramón Bugarini (Arturo), Fernando Osés (matón), Crox Alvarado (matón y abogado), Edaena Ruiz (Medusa), Guillermo Hernández Lobo Negro (matón); Altia Michel, María Montiel, Alma Pichardi (Alma Rojo), Rito Romero, Juan Garza.
©dwilt
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