Murió Irving Ravetch
Guionista. Fue uno de los guionistas de ‘Hud’ y ‘Norma Rae’. Con su esposa Harriet Frank Jr. escribieron más de una docena de películas.
[Dennis McLellan] Murió Irving Ravetch, guionista nominado dos veces a un Oscar -por ‘Hud, el más salvaje entre mil’ [Hud] y ‘Norma Rae’, que escribió con su esposa y colaboradora, Harriet Frank Jr. Tenía 89 años.
Ravetch falleció el domingo, de neumonía, en el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Angeles, informó su sobrino Michael Frank.
En una colaboración que empezó con la película ‘El largo y ardiente verano’ [The Long, Hot Summer] en 1958, Ravetch y Frank escribieron los guiones de más de una docena de películas, entre ellas ‘El ruido y la furia’ [The Sound and the Fury], ‘En la escalera oscura’ [The Dark at the Top of the Stairs], ‘Hombre’, ‘Los rateros’ [The Reivers], ‘Los cowboys’ [The Cowboys], ‘Conrack’, ‘El romance de Murphy’ [Murphy’s Romance] y ‘Cartas a Iris’ [Stanley & Iris].
En 1946 compartieron nominaciones al Oscar por sus guiones para ‘Hud, el más salvaje entre mil’, un drama ambientado en la moderna Texas, con Paul Newman como el despiadado hijo de un viejo hacendado, y, en 1980, por ‘Norma Rae’, un drama con Sally Field en un papel que le significó un Oscar como un apasionado sindicalista sureño.
Ocho guiones de Ravetch-Frank Jr., incluyendo ‘Hud’ y ‘Norma Rae’, fueron dirigidos por el difunto Martin Ritt.
"No conozco a guionistas que escriban mejor que Irving Ravetch y Harriet Frank Jr.", dice Ritt en el prólogo del libro ‘Hud, Norma Rae and the Long, Hot Summer: Three Screenplays by Irving Ravetch and Harriet Frank Jr.’, de 1988.
"Son definitivamente los mejores, en todos los niveles", dice Ritt. "He disfrutado trabajando con ellos, y sé que han hecho buenas cosas, tan buenas como las que se hacen en Hollywood".
Mark Rydell, que dirigió ‘Los rateros’ y ‘Los cowboys’, dijeron el martes al Times que tenía "un gran respeto" por Ravetch, que "no sólo era un guionista, sino además un maestro, que me enseñó muchas de las cosas que tenía que saber".
"Lo primero que hice por ellos fue su adaptación de ‘Los rateros’, de William Faulkner", dijo Rydell. "No cambié ni una sola palabra, tan brillante era el guión".
"Era muy excitante conocer a Irving y Harriet, que son, en cierto sentido, los decanos de los guionistas estadounidenses. No hay nadie más preparado o más agudo o más piadoso que ellos".
En 1988, Ravetch y Frank Jr. recibieron el Premio Screen Laurel a su trayectoria, de la Asociación de Guionistas de Estados Unidos-West [Writers Guild of America, West].
Ravetch nació en Newark, Nueva Jersey, el 14 de noviembre de 1920. Su padre, un farmacéutico que llegó a ser rabí, había llegado de Rusia; y su madre, una profesora de hebreo, nació en lo que hoy es Israel.
De niño sufrió de un severo asma y la inclinación a enfermar de pulmonía todos los inviernos. En 1930, a Ravetch lo enviaron a vivir con una tía en Los Angeles. Su familia no se reuniría sino años después.
Estudió en el Long Beach City College y se licenció en literatura inglesa en la Universidad de California, Los Angeles. Debido a su asma, sirvió sólo brevemente en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.
Ravetch estaba escribiendo temas breves para MGM en 1945 cuando conoció a Frank en el programa de escritura junior del estudio, donde su madre era editora de historias. Fascinado con Frank, Ravetch le pagó cincuenta dólares al hombre en la oficina junto a ella para que le cediera su escritorio.
Se casaron en 1946 y mantuvieron carreras separadas durante los primeros años de su matrimonio. En esa época, Ravetch también escribía teatro en un intento de lanzar su carrera en Broadway que, según dijo más tarde, "fue un feroz fracaso".
Ravetch y Frank empezaron su colaboración escribiendo el guión para la película de vaqueros de Randolph Scott, ‘Diez forajidos’ [Ten Wanted Men].
En una entrevista con Times en 1979, Frank dijo que ella y su marido tenían una "colaboración de renglón por renglón" que empezaba con semanas de hablarlo todo, tomar apuntes y discutir cada frase.
"Conozco a guionistas que trabajaban separados y se reunían más tarde en el día -de hecho, eso es lo más habitual-, pero eso destruye el motivo de la colaboración", dijo Ravetch. "Cuando las cosas se enredan, podemos parar hasta que lo superemos".
Frank agregó: "Tenemos dos energías funcionando, pero usted no puede colaborar, a menos que el resultado sea perfecto. Por supuesto tenemos desacuerdos, pero son profesionales, no es algo personal".
Ambos disfrutaban de su relación de trabajo.
"Un matrimonio que funciona como colaboración tiene que ser bueno, y al revés", dijo Frank.
"Trabajar juntos fue una muy buena decisión", dijo Ravetch. "¿Te lo dije, querida?"
"Sí, todos los días", dijo Frank.
Además de su esposa durante 63 años, a Ravetch le sobreviven su hermana Merona Ravetch Frank; y su hermano Herbert Ravetch.
4 de octubre de 2010
22 de septiembre de 2010
©los angeles times
traducción mQh
0 comentarios