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pan y cine y el santo

Allende, el Fantasma Que Recorre Chile


[Manohla Dargis] Aferrándose a los recuerdos de un fantasma que recorre Chile.
Hecha con el corazón, ‘Salvador Allende' es la plañidera mirada del cineasta chileno Patricio Guzmán del auge y violento derrocamiento del primer presidente marxista elegido del mundo. Guzmán, que abandonó el país después del 11 de septiembre de 1973, el día del golpe que llevó a Allende a la muerte, ha vuelto a su tierra natal armado con una cámara y toda una bodega de apasionados recuerdos. Desgraciadamente, poco de esa pasión se encuentra en su dirección de esta elegía documental, un memento mori sobre ‘el otro 11 de septiembre' que está empapado con lágrimas revolucionarias, pero carece de visión histórica y política.
En la elocuente apertura de la película, Guzmán habla en off mientras revisa una estropeada billetera. Esto, explica, es casi todo lo que queda de Allende. En las escenas siguientes, el documentalista vuelve incansablemente a Allende, concibiéndolo como una ausencia estructurante que sobrevuela el país como un espectro, que da forma incluso a su inquietante silencio sobre el pasado. Pues para Guzmán el presente, que filma en color con algunos bonitos detalles, no tiene ningún atractivo evidente. Lo que da a la película su pulsación, animándola, son las imágenes de archivo en blanco y negro de trabajadores vitoreando y jóvenes marchando, imágenes que se funden en una confusión de pancartas, puños y sonrisas, pancartas, puños y sonrisas.
Podría fácilmente haber mirado durante horas a esas multitudes excitadas, si sólo porque el espectáculo del idealismo tiene sus placeres, como sugiere la propia melancolía de Guzmán. Pero también hay algo enervante en su repetición de la nostalgia y el pesar, que termina embotando la urgencia de la historia. Todo el mundo se ve tan vivo en el pasado, mientras que en el presente hay tantos que apenas respiran, incluyendo a los varios periodistas que hablan con Allende el hombre, el estratega y el epicúreo. (La octogenaria hija de su aya declara su amor por las empanadas). En su mayor parte, estas voces son vagas en cuanto a los detalles, excepto Edward Korry, el ex embajador norteamericano en Chile que advirtió una vez que apoyar un golpe de estado contra Allende podría ser tan desastroso para los intereses norteamericanos como Bahía Cochinos.
Guzmán, cuyos otros documentales incluyen ‘La batalla de Chile' [The Battle of Chile] y ‘El caso Pinochet' [The Pinochet Case], es una llamativa presencia, incluso cuando revolotea en los márgenes del marco o flota en una voz sin cuerpo. Su impenitente subjetividad es una de las fortalezas de ‘Salvador Allende' -el metraje de archivo es su mayor atracción- en gran parte porque echa en la balanza un alma simpática, cruda y herida, incluso ahora.
En muchas cosas, y parcialmente porque no explora en profundidad detalles socioeconómicos, la película a menudo parece menos un retrato de Salvador Allende, el presidente caído, y más un retrato de Patricio Guzmán, el desconsolado idealista. Su interés en estos materiales -que son, después de todo, suyos- es lo que principalmente separa a la película de la habitual basura documental.
Pese a la declaración del embajador Korry, la película sólo roza la intervención norteamericana, que incluyó acciones encubiertas, retención de préstamos bancarios, armas, adiestramiento y otras cosas. Cuatro años después del golpe, Richard M. Nixon dijo a David Frost que si él no hubiera parado a Allende, Chile y Cuba habrían formado un "bocadillo rojo" en América Latina, que "finalmente la convertiría toda en roja".
En 2000, la CIA dio a conocer un informe detallando sus operaciones encubiertas contra Allende y sus actividades a favor de su general, Augusto Pinochet, incluyendo "el apoyo de medios de prensa comprometidos en la creación de una imagen positiva de la junta militar". La película toca, pero apenas si explora, lo que pasó después del golpe de estado, incluyendo la dictadura de 17 años de Pinochet, que se cobró la vida de más de tres mil chilenos. Como pronosticó Nixon, Chile no llegó a ser un país rojo.

Salvador Allende
Guión
Patricio Guzmán Director de Fotografía Julia Muñoz Patricio Guzmán Montaje Claudio Martínez Música Jorge Arriagada Producción Jacques Bidou Distribución First Run/Icarus Films.
Duración 100 minutos.

7 de septiembre de 2007
5 de septiembre de 2007
©new york times
[viene de mQh ]


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