Cuatro Noches De Boda
Mariano Ozores (dir), Conchita Velasco, Alfredo Landa, Tomás Zori, Fernando Santos, Manuel Codeso.
Llega room service con Conchita, igual que cuando estaba yo casado con la Doris Day. Parece que es una mita de señor; dos mujeres vestidas de celeste, se discuten y cantan. Él le dice: "Se va a casar". Lo que pasa es que le quiere comprar un padre al hijo de una señora y le pasa la pasta. Las dos partes de arriba de dos personas se casan. En un auto, la parte de arriba de un hombre se echa encima de la parte de arriba de una mujer. Ahora, ambos son vírgenes. El papá y la vecina se van al fotógrafo. Y venga que se quieren casar y le da un beso y se meten a un barco; después se separan y se vuelven a casar, y se vuelven a meter a un barco a darse besos. Ahí suena un mambo. Se casan otra vez y se meten a un tren. Se sale del coche e invita a comer ¡a dos hermanas! Ahí, de repente, el avión aterriza. ¡Y él le iba leyendo un libro a su novia! Se van a comer al barco y un señor les habla de mujeres de ¡dos pijas! Y mientras él lee, ella se desnuda y se pone una combinación rosada. Ella se va al baño y sale toda matadora, pero tropieza en la puerta. Llega el amigo con cuatro bailaoras, pero él se mete al baño y se llena la cabeza de colonia. Las amiguetas se ponen a bailar flamenco, para arruinarle los planes.
Después se meten a otro barco, pero ya están viejitos, de tanto andar en tren, en barco y en avión. Parece que él llevaba escondido un libro y cuando ella lo agarra a besos, él lo deja caer furtivamente en un papelero, igual que la reina Isabel en tiempos de Robin Hood. A ella, después, se le pegan los dedos al caño y no los puede sacar y terminan llevándola al hospital, con lavamanos y todo. Ahí las sevillanas se van cantando. Bueno, claro que no es para menores de dieciocho. ¡Y él se pone a escribir telegramas!
Se come y se bebe: canapés de caviar, whisky, aceitunas, bitter, limonada, torta nupcial, salmón, vino, coñac, sifón, salmonetes, calamares a la romana, café, menta, champaña, tortilla paisana, consomé, jerez, fiambre, carne a la plancha, orchata, galletas, cacahuetes, pan, mantecaditas, bizcochos borrachos, almendra e hígaditos. Animales: perro
(Ciudadela 18, enero 2000, pp. 10-11).
Llega room service con Conchita, igual que cuando estaba yo casado con la Doris Day. Parece que es una mita de señor; dos mujeres vestidas de celeste, se discuten y cantan. Él le dice: "Se va a casar". Lo que pasa es que le quiere comprar un padre al hijo de una señora y le pasa la pasta. Las dos partes de arriba de dos personas se casan. En un auto, la parte de arriba de un hombre se echa encima de la parte de arriba de una mujer. Ahora, ambos son vírgenes. El papá y la vecina se van al fotógrafo. Y venga que se quieren casar y le da un beso y se meten a un barco; después se separan y se vuelven a casar, y se vuelven a meter a un barco a darse besos. Ahí suena un mambo. Se casan otra vez y se meten a un tren. Se sale del coche e invita a comer ¡a dos hermanas! Ahí, de repente, el avión aterriza. ¡Y él le iba leyendo un libro a su novia! Se van a comer al barco y un señor les habla de mujeres de ¡dos pijas! Y mientras él lee, ella se desnuda y se pone una combinación rosada. Ella se va al baño y sale toda matadora, pero tropieza en la puerta. Llega el amigo con cuatro bailaoras, pero él se mete al baño y se llena la cabeza de colonia. Las amiguetas se ponen a bailar flamenco, para arruinarle los planes.
Después se meten a otro barco, pero ya están viejitos, de tanto andar en tren, en barco y en avión. Parece que él llevaba escondido un libro y cuando ella lo agarra a besos, él lo deja caer furtivamente en un papelero, igual que la reina Isabel en tiempos de Robin Hood. A ella, después, se le pegan los dedos al caño y no los puede sacar y terminan llevándola al hospital, con lavamanos y todo. Ahí las sevillanas se van cantando. Bueno, claro que no es para menores de dieciocho. ¡Y él se pone a escribir telegramas!
Se come y se bebe: canapés de caviar, whisky, aceitunas, bitter, limonada, torta nupcial, salmón, vino, coñac, sifón, salmonetes, calamares a la romana, café, menta, champaña, tortilla paisana, consomé, jerez, fiambre, carne a la plancha, orchata, galletas, cacahuetes, pan, mantecaditas, bizcochos borrachos, almendra e hígaditos. Animales: perro
(Ciudadela 18, enero 2000, pp. 10-11).
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