Aquí Huele A Muerto (¡¡Pues Yo No He Sido!!)
Álvaro Saenz de Heredia (dir), Ana Álvarez, Raúl Fraire, Pilar Alcón, Paul Naschy.
El conde de Capranegra, acompañado por su ayuda de cámara Antoine, viaja a Soborlskaia a reclamar la herencia del castillo de su tristarabuelo, el Tito Drácula, después de una fabulosa cena en un restaurante en movimiento.
El banquete: ensalada de paloma torcaza en escabeche, ensalada de langosta con mango y melón, lenguado relleno de gambas y juliana de verduritas, salmón con caracoles y salsa verde, rodaballo al horno con setas de temporada, riñones de cordero a la parrilla con puré de cebollas, y escalopinas de ternera rellenas de níscaros) generosamente adosado de rayos y truenos, y perseguido por una enfermera zombie y las pechugas de una periodista francesa. Naturalmente, los habitantes del castillo no se dejarán intimidar: Frankenstein, el hombre lobo, zombies variados y cadáveres en descomposición, además de tormentas, ataúdes, cementerios y arenas movedizas, se encagarán de recordarle lo buena que era la vida en su país de origen, donde se alimentaba de exquisitas sopas de hueso y pan duro. Hilarante, la comedia hace reír a diestra y siniestra. A mí, para decirles la verdad, se me cayó hasta la peluca. Ciudadela 6, diciembre 1998, p. 18.
El conde de Capranegra, acompañado por su ayuda de cámara Antoine, viaja a Soborlskaia a reclamar la herencia del castillo de su tristarabuelo, el Tito Drácula, después de una fabulosa cena en un restaurante en movimiento.
El banquete: ensalada de paloma torcaza en escabeche, ensalada de langosta con mango y melón, lenguado relleno de gambas y juliana de verduritas, salmón con caracoles y salsa verde, rodaballo al horno con setas de temporada, riñones de cordero a la parrilla con puré de cebollas, y escalopinas de ternera rellenas de níscaros) generosamente adosado de rayos y truenos, y perseguido por una enfermera zombie y las pechugas de una periodista francesa. Naturalmente, los habitantes del castillo no se dejarán intimidar: Frankenstein, el hombre lobo, zombies variados y cadáveres en descomposición, además de tormentas, ataúdes, cementerios y arenas movedizas, se encagarán de recordarle lo buena que era la vida en su país de origen, donde se alimentaba de exquisitas sopas de hueso y pan duro. Hilarante, la comedia hace reír a diestra y siniestra. A mí, para decirles la verdad, se me cayó hasta la peluca. Ciudadela 6, diciembre 1998, p. 18.
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