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Las Luchadoras del Cine Mexicano


Las películas de luchadoras formaron un pequeño ciclo del cine mexicano, con momias, maldiciones, tesoros escondidos, científicos locos, robots y espías.
Las luchadoras fueron las estrellas de un puñado de películas de lucha libre mexicana producidas desde mediados de los años sesenta a principios de los setenta.
Estas películas difieren de las ya establecidas de lucha libre en que las protagonistas eran mujeres (las mujeres luchadoras habían aparecido en el mundo de la lucha desde hacía algún tiempo, pero el énfasis de esas películas recaía en gran parte en personajes masculinos como El Santo y Blue Demon) y en que ninguna de las luchadoras usaba máscara.
También es significativo el hecho de que las luchadoras del cine no eran en realidad luchadoras en el ring. Más bien, eran personajes creados y luego representados. Es algo similar a la creación de los dos luchadores de la vida real que también aparecieron en películas: Mil Máscaras y El Tinieblas. A diferencia de estos personajes enmascarados, sin embargo, las luchadoras sólo existían en el mundo de las películas.
La primera de dos películas en la serie coloca a las chicas en territorio familiar, enfrentándolas a un científico loco y una maldición azteca. Eran películas de presupuestos modestos, en blanco y negro, en las que actuaron la atractiva Lorena Velázquez y la starlet norteamericana Elizabeth Campbell. Los personajes se encuentran en una película inicial de 1962, Las Luchadoras contra el Médico Asesino, en la que el científico demente Roberto Caneda trata de transplantar un cerebro humano y elige como donante a la hermana de una de las luchadoras. También entran en escena dos agentes del servicio secreto (Armando Sylvestre y Chucho Salinas) que al principio dan la mala noticia a Velázquez, y luego se involucran con las chicas.
La película cubre bastante terreno, con la inclusión de un monstruo (un hombre con el cerebro de una gorila, en un papel de Gerardo M. Zapeda), la muerte aparentemente violenta del doctor loco en el incendio del laboratorio hacia la mitad de la película y su subsecuente aparición para un enfrentamiento. Finalmente es capaz de sacarle el cerebro de gorila e implantarlo en el cuerpo de la luchadora secuestrada, y está muy cerca de eliminar a las luchadoras.
Se rodó la segunda película después del éxito de taquilla de la primera, y se lanzó en 1964 con las mismas actrices. Para los fans de la serie de la Momia Azteca, la trama de Las Luchadoras contra la Momia es un terreno muy familiar. Como en películas de momias previas, las fuerzas siniestras buscan el legendario tesoro perdido de los aztecas. La diferencia aquí es que los intrigantes son una banda oriental.
Después de algunas escaramuzas con la banda, las heroínas entran a la tumba donde se encuentra el secreto (sabiendo que la maldición pesa sobre el sitio, la banda fue esencialmente engañada para que hicieran el trabajo sucio por ellas). Al entrar, el desgraciado cuarteto invoca la maldición que pesa sobre el códice azteca y su momia guardiana.
El difícil analizar el primer par de películas de luchadoras en un nivel artístico, ya que fueron producidas sin pretensiones artísticas. Son menos fluidas que otras películas del género de la misma época. La iluminación y la fotografía son borrosas, pero eso en realidad les da más ambiente. Esto es particularmente verdad de las escenas nocturnas exteriores.
Por otro lado, las películas tienen ocasionalmente aspectos descuidados que debieron ser arreglados o alterados. Hay dos en Las Luchadoras contra la Momia que son especialmente irritantes. En una toma un murciélago de goma sale de la habitación con el simple acto de poner en reverso el metraje de su entrada (o sea, que vuela hacia atrás). En otra escena, el murciélago toca con un ala el peto de una chica encadenada a un altar, y el peto cae al suelo. Pero en la toma siguiente, el peto está de vuelta en su lugar.
Varios años más se decidió producir una nueva película de luchadoras, esta vez en color. Aquí las cosas se pusieron interesantes. Elizabeth Campbell se había marchado de México hacía tiempo, en circunstancias algo oscuras; Lorena Velázquez estaba presumiblemente ocupada en otra proyectos, y se decidió hacer un reparto completamente nuevo.
Además, se decidió que sería una opción viable en realidad hacer un remake de la primera película, Las Luchadoras contra el Médico Asesino, agregando algunos nuevos giros a la trama.
El guión es probablemente uno de los más usados en la historia del cine mexicano. Aparte de ser usado dos veces en la serie de las Luchadoras, fue desempolvado de nuevo en 1973 para que sirviera de base a Santo y Blue Demon contra el Dr. Frankenstein.
El remake Las Luchadoras contra el Robot Asesini fue lanzado en 1969. Incluye en el reparto a un habitual de las luchas, Carlos Agosti. Se usó el concepto del robo de cerebros, pero esta vez el secuestrado fue uno de los tíos de las chicas. En este caso, el científico loco estaba secuestrando a otros científicos, usando un robot vestido de negro programado para succionar sus ondas cerebrales, para que hicieran el trabajo sucio. También había un monstruo en el sótano (Gerardo Zapeda, que hizo de monstruo Gomar en la primera versión), pero el robot se encargó de la mayor parte de la acción.
Desafortunadamente, la película salió perjudicada con el nuevo reparto, cuya actuación es extremadamente mediocre. También muy enervante son las revisiones en el relato sacado casi literalmente de un episodio de la serie de televisión británica Los Vengadores, El Retorno de los Cibernautas. Incluso el robot de abrigo negro, sombrero y gafas de sol es un plagio.
El cuarto filme de las Luchadoras fue incluso más diferente, ya que se redujeron a sólo una.
Lorena Velázques y Elizabeth Campbell aparecieron juntas como luchadoras en Las Lobas del Ring, de Calderón.

22 de enero de 2005
©save the galaxy
©traducción mQh

Las Luchadoras del Cine Mexicano


Las películas de luchadoras formaron un pequeño ciclo del cine mexicano, con momias, maldiciones, tesoros escondidos, científicos locos, robots y espías.
Las luchadoras fueron las estrellas de un puñado de películas de lucha libre mexicana producidas desde mediados de los años sesenta a principios de los setenta.
Estas películas difieren de las ya establecidas de lucha libre en que las protagonistas eran mujeres (las mujeres luchadoras habían aparecido en el mundo de la lucha desde hacía algún tiempo, pero el énfasis de esas películas recaía en gran parte en personajes masculinos como El Santo y Blue Demon) y en que ninguna de las luchadoras usaba máscara.
También es significativo el hecho de que las luchadoras del cine no eran en realidad luchadoras en el ring. Más bien, eran personajes creados y luego representados. Es algo similar a la creación de los dos luchadores de la vida real que también aparecieron en películas: Mil Máscaras y El Tinieblas. A diferencia de estos personajes enmascarados, sin embargo, las luchadoras sólo existían en el mundo de las películas.
La primera de dos películas en la serie coloca a las chicas en territorio familiar, enfrentándolas a un científico loco y una maldición azteca. Eran películas de presupuestos modestos, en blanco y negro, en las que actuaron la atractiva Lorena Velázquez y la starlet norteamericana Elizabeth Campbell. Los personajes se encuentran en una película inicial de 1962, Las Luchadoras contra el Médico Asesino, en la que el científico demente Roberto Caneda trata de transplantar un cerebro humano y elige como donante a la hermana de una de las luchadoras. También entran en escena dos agentes del servicio secreto (Armando Sylvestre y Chucho Salinas) que al principio dan la mala noticia a Velázquez, y luego se involucran con las chicas.
La película cubre bastante terreno, con la inclusión de un monstruo (un hombre con el cerebro de una gorila, en un papel de Gerardo M. Zapeda), la muerte aparentemente violenta del doctor loco en el incendio del laboratorio hacia la mitad de la película y su subsecuente aparición para un enfrentamiento. Finalmente es capaz de sacarle el cerebro de gorila e implantarlo en el cuerpo de la luchadora secuestrada, y está muy cerca de eliminar a las luchadoras.
Se rodó la segunda película después del éxito de taquilla de la primera, y se lanzó en 1964 con las mismas actrices. Para los fans de la serie de la Momia Azteca, la trama de Las Luchadoras contra la Momia es un terreno muy familiar. Como en películas de momias previas, las fuerzas siniestras buscan el legendario tesoro perdido de los aztecas. La diferencia aquí es que los intrigantes son una banda oriental.
Después de algunas escaramuzas con la banda, las heroínas entran a la tumba donde se encuentra el secreto (sabiendo que la maldición pesa sobre el sitio, la banda fue esencialmente engañada para que hicieran el trabajo sucio por ellas). Al entrar, el desgraciado cuarteto invoca la maldición que pesa sobre el códice azteca y su momia guardiana.
El difícil analizar el primer par de películas de luchadoras en un nivel artístico, ya que fueron producidas sin pretensiones artísticas. Son menos fluidas que otras películas del género de la misma época. La iluminación y la fotografía son borrosas, pero eso en realidad les da más ambiente. Esto es particularmente verdad de las escenas nocturnas exteriores.
Por otro lado, las películas tienen ocasionalmente aspectos descuidados que debieron ser arreglados o alterados. Hay dos en Las Luchadoras contra la Momia que son especialmente irritantes. En una toma un murciélago de goma sale de la habitación con el simple acto de poner en reverso el metraje de su entrada (o sea, que vuela hacia atrás). En otra escena, el murciélago toca con un ala el peto de una chica encadenada a un altar, y el peto cae al suelo. Pero en la toma siguiente, el peto está de vuelta en su lugar.
Varios años más se decidió producir una nueva película de luchadoras, esta vez en color. Aquí las cosas se pusieron interesantes. Elizabeth Campbell se había marchado de México hacía tiempo, en circunstancias algo oscuras; Lorena Velázquez estaba presumiblemente ocupada en otra proyectos, y se decidió hacer un reparto completamente nuevo.
Además, se decidió que sería una opción viable en realidad hacer un remake de la primera película, Las Luchadoras contra el Médico Asesino, agregando algunos nuevos giros a la trama.
El guión es probablemente uno de los más usados en la historia del cine mexicano. Aparte de ser usado dos veces en la serie de las Luchadoras, fue desempolvado de nuevo en 1973 para que sirviera de base a Santo y Blue Demon contra el Dr. Frankenstein.
El remake Las Luchadoras contra el Robot Asesini fue lanzado en 1969. Incluye en el reparto a un habitual de las luchas, Carlos Agosti. Se usó el concepto del robo de cerebros, pero esta vez el secuestrado fue uno de los tíos de las chicas. En este caso, el científico loco estaba secuestrando a otros científicos, usando un robot vestido de negro programado para succionar sus ondas cerebrales, para que hicieran el trabajo sucio. También había un monstruo en el sótano (Gerardo Zapeda, que hizo de monstruo Gomar en la primera versión), pero el robot se encargó de la mayor parte de la acción.
Desafortunadamente, la película salió perjudicada con el nuevo reparto, cuya actuación es extremadamente mediocre. También muy enervante son las revisiones en el relato sacado casi literalmente de un episodio de la serie de televisión británica Los Vengadores, El Retorno de los Cibernautas. Incluso el robot de abrigo negro, sombrero y gafas de sol es un plagio.
El cuarto filme de las Luchadoras fue incluso más diferente, ya que se redujeron a sólo una.
Lorena Velázques y Elizabeth Campbell aparecieron juntas como luchadoras en Las Lobas del Ring, de Calderón.

22 de enero de 2005
©save the galaxy
©traducción mQh

Las Luchadoras del Cine Mexicano


Las películas de luchadoras formaron un pequeño ciclo del cine mexicano, con momias, maldiciones, tesoros escondidos, científicos locos, robots y espías.
Las luchadoras fueron las estrellas de un puñado de películas de lucha libre mexicana producidas desde mediados de los años sesenta a principios de los setenta.
Estas películas difieren de las ya establecidas de lucha libre en que las protagonistas eran mujeres (las mujeres luchadoras habían aparecido en el mundo de la lucha desde hacía algún tiempo, pero el énfasis de esas películas recaía en gran parte en personajes masculinos como El Santo y Blue Demon) y en que ninguna de las luchadoras usaba máscara.
También es significativo el hecho de que las luchadoras del cine no eran en realidad luchadoras en el ring. Más bien, eran personajes creados y luego representados. Es algo similar a la creación de los dos luchadores de la vida real que también aparecieron en películas: Mil Máscaras y El Tinieblas. A diferencia de estos personajes enmascarados, sin embargo, las luchadoras sólo existían en el mundo de las películas.
La primera de dos películas en la serie coloca a las chicas en territorio familiar, enfrentándolas a un científico loco y una maldición azteca. Eran películas de presupuestos modestos, en blanco y negro, en las que actuaron la atractiva Lorena Velázquez y la starlet norteamericana Elizabeth Campbell. Los personajes se encuentran en una película inicial de 1962, Las Luchadoras contra el Médico Asesino, en la que el científico demente Roberto Caneda trata de transplantar un cerebro humano y elige como donante a la hermana de una de las luchadoras. También entran en escena dos agentes del servicio secreto (Armando Sylvestre y Chucho Salinas) que al principio dan la mala noticia a Velázquez, y luego se involucran con las chicas.
La película cubre bastante terreno, con la inclusión de un monstruo (un hombre con el cerebro de una gorila, en un papel de Gerardo M. Zapeda), la muerte aparentemente violenta del doctor loco en el incendio del laboratorio hacia la mitad de la película y su subsecuente aparición para un enfrentamiento. Finalmente es capaz de sacarle el cerebro de gorila e implantarlo en el cuerpo de la luchadora secuestrada, y está muy cerca de eliminar a las luchadoras.
Se rodó la segunda película después del éxito de taquilla de la primera, y se lanzó en 1964 con las mismas actrices. Para los fans de la serie de la Momia Azteca, la trama de Las Luchadoras contra la Momia es un terreno muy familiar. Como en películas de momias previas, las fuerzas siniestras buscan el legendario tesoro perdido de los aztecas. La diferencia aquí es que los intrigantes son una banda oriental.
Después de algunas escaramuzas con la banda, las heroínas entran a la tumba donde se encuentra el secreto (sabiendo que la maldición pesa sobre el sitio, la banda fue esencialmente engañada para que hicieran el trabajo sucio por ellas). Al entrar, el desgraciado cuarteto invoca la maldición que pesa sobre el códice azteca y su momia guardiana.
El difícil analizar el primer par de películas de luchadoras en un nivel artístico, ya que fueron producidas sin pretensiones artísticas. Son menos fluidas que otras películas del género de la misma época. La iluminación y la fotografía son borrosas, pero eso en realidad les da más ambiente. Esto es particularmente verdad de las escenas nocturnas exteriores.
Por otro lado, las películas tienen ocasionalmente aspectos descuidados que debieron ser arreglados o alterados. Hay dos en Las Luchadoras contra la Momia que son especialmente irritantes. En una toma un murciélago de goma sale de la habitación con el simple acto de poner en reverso el metraje de su entrada (o sea, que vuela hacia atrás). En otra escena, el murciélago toca con un ala el peto de una chica encadenada a un altar, y el peto cae al suelo. Pero en la toma siguiente, el peto está de vuelta en su lugar.
Varios años más se decidió producir una nueva película de luchadoras, esta vez en color. Aquí las cosas se pusieron interesantes. Elizabeth Campbell se había marchado de México hacía tiempo, en circunstancias algo oscuras; Lorena Velázquez estaba presumiblemente ocupada en otra proyectos, y se decidió hacer un reparto completamente nuevo.
Además, se decidió que sería una opción viable en realidad hacer un remake de la primera película, Las Luchadoras contra el Médico Asesino, agregando algunos nuevos giros a la trama.
El guión es probablemente uno de los más usados en la historia del cine mexicano. Aparte de ser usado dos veces en la serie de las Luchadoras, fue desempolvado de nuevo en 1973 para que sirviera de base a Santo y Blue Demon contra el Dr. Frankenstein.
El remake Las Luchadoras contra el Robot Asesini fue lanzado en 1969. Incluye en el reparto a un habitual de las luchas, Carlos Agosti. Se usó el concepto del robo de cerebros, pero esta vez el secuestrado fue uno de los tíos de las chicas. En este caso, el científico loco estaba secuestrando a otros científicos, usando un robot vestido de negro programado para succionar sus ondas cerebrales, para que hicieran el trabajo sucio. También había un monstruo en el sótano (Gerardo Zapeda, que hizo de monstruo Gomar en la primera versión), pero el robot se encargó de la mayor parte de la acción.
Desafortunadamente, la película salió perjudicada con el nuevo reparto, cuya actuación es extremadamente mediocre. También muy enervante son las revisiones en el relato sacado casi literalmente de un episodio de la serie de televisión británica Los Vengadores, El Retorno de los Cibernautas. Incluso el robot de abrigo negro, sombrero y gafas de sol es un plagio.
El cuarto filme de las Luchadoras fue incluso más diferente, ya que se redujeron a sólo una.
Lorena Velázques y Elizabeth Campbell aparecieron juntas como luchadoras en Las Lobas del Ring, de Calderón.

22 de enero de 2005
©save the galaxy
©traducción mQh