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pan y cine y el santo

Murió Sidney Lumet


Prolífico director se mantuvo a distancia de Hollywood.
[Dennis McLellan] Murió este sábado pasado el prolífico director Sidnet Lumet, que fuera nominado cuatro veces a un Oscar y conocido por sus sólidas actuaciones en películas como ‘Doce hombres sin piedad’ [12 Angry Men], ‘Tarde de perros’ [Dog Day Afternoon] y ‘Network, un mundo implacable’ [Network]. Tenía 86 años.
Lumet, cuya carrera se extendió durante más de cincuenta años, murió de linfoma en su casa en Nueva York, informó su familia.
Descrito una vez en Variety como un "típico director de Nueva York", Lumet rodó muchas de sus películas en su ciudad natal, incluyendo ‘El prestamista’ [The Pawnbroker], ‘Sérpico’ [Serpico] y muchas otras.
Como escribió una vez el crítico de cine de Los Angeles Times, Charles Champlin, Lumet evitaba Hollywood "con un fervor que no desmerecería a Woody Allen",
"Hollywood es un pueblo fabril" dijo Lumet al Times en 1968. "Allá no hay un mundo real fuera de la filmación. No hay vida orgánica y eso es lo que yo necesito cuando estoy trabajando".
Niño actor en Broadway y en radio en los años treinta, Lumet fue director de CBS en Nueva York en la edad de oro de los dramas de televisión en vivo en los años cincuenta, cuando dirigió su auspicioso primer largometraje ‘Doce hombres sin piedad’.
El drama de tribunales del guionista Reginald Rose de 1957, ambientado en un tribunal de Manhattan, con Henry Fonda a la cabeza de un reparto que recibió tres nominaciones a un Oscar, incluyendo a la mejor película y al mejor director.
Lumet cosechó tres nominaciones a un Oscar por dirección: por la película de un atraco a un banco en Brooklyn, ‘Tarde de perros’, de 1975; la sátira de televisión escrita por Paddy Chayefsky, ‘Network, un mundo implacable’, de 1976; y el drama de tribunales ‘El veredicto final’ [The Verdict], de 1982.
También fue nominado a un Oscar por la adaptación de la obra suya en colaboración con Jay Presson, ‘Príncipe de la ciudad’ [Prince of the City], un drama de corrupción policial dirigido por Lumet en 1981.
Conocido como director de actores, Lumet supervisó numerosas actuaciones que fueron nominadas a un Oscar, incluyendo las de Ingrid Bergman (por ‘Asesinato en el Expreso Oriente’ [Murder on the Orient Express] y Peter Finch, Faye Dunaway, y Beatrice Straight (todos por ‘Network, un mundo implacable’).
Cuando Lumet recibió un Oscar honorario en 2005, el presentador Al Pacino, que había recibido varias nominaciones a un Oscar por su trabajo en ‘Sérpico’ y ‘Tarde de perros’, dijo que el director no estaba siendo homenajeado por su longevidad, sino por la calidad de su obra.
"Una película de Sidney Lumet", dijo Paciono, "tiene una firma, un sello de individualidad, un punto de vista, un sentimiento... Es realmente energía kinésica. Estabas allá cuando contaban la historia. Estaré siempre agradecido, junto con todos los otros actores y guionistas que han aprovechado el genio de Sidney".
Durante su larga carrera en el cine, Lumet dirigió más de cuarenta películas, entre ellas ‘Piel de serpiente’ [The Fugitive Kind], ‘Una vista desde el puente’ [A View From the Bridge], ‘Largo viaje hacia la noche’ [Long Day’s Journey Into Night], ‘Punto límite’ [Fail-Safe; Límite de seguridad; Sin retorno], ‘La colina’ [The Hil], ‘El grupo’ [The Group], ‘Supergolpe en Manhattan’ [The Anderson Tapes], ‘Asesinato en el Expreso Oriente’ y ‘Antes que el diablo sepa que has muerto’ [Before the Devil Knows You’re Dead].
También conoció el fracaso, como con ‘El mago’ (1978), su adaptación del exitoso musical de Broadway.
"Su carrera es algo inconsistente, pero eso se debe a que ha estado trabajando durante tanto tiempo, y cuando tú eres un director que trabaja como Sidney Lumet, tendrás éxitos abrumadores y películas que no son tan buenas", dijo al Times el profesor de historia de cine en la Universidad de Carolina del Sur, Rick Jewell, en 2008.
"Él no era como Stanley Kubrick, el que, una vez establecido, hacía una película cada cinco o siete años", dijo Jewell. "Lumet viene haciendo película tras película desde los años cincuenta. Para mí, es como cuando en los viejos tiempos, algunos directores hacían dos o tres películas al año. Él no tenía ese tipo de productividad, pero de todos modos su producción es extraordinaria".
Como director, Lumet se sentía atraído por historias dramáticas intensas.
Definiendo a Lumet como "uno de los últimos grandes moralistas del cine", la crítico de cine del New York Times, Manohla Dargis, escribió en 2005 que era un "influyente abastecedor de películas sociales (corrupción policial, la injusticia del poder judicial)". Era, escribió, un director cuya imagen de pantalla definitoria "es la de un hombre -y, casi inevitablemente, es un hombre- que lucha con su conciencia y contra el mundo".
"Tenía el poder de ver la verdad", dijo una vez Paul Newman, que fue nominado a un Oscar al mejor actor por su papel como un abogado alcohólico que quiere redimirse en ‘El veredicto final’.
Lumet también gozaba de la reputación de ser un cineasta rápido y eficiente, que terminaba sus películas antes del tiempo programado y con menos presupuesto.
Con su experiencia en el teatro y en la televisión en vivo, ensayaba con sus actores dos o tres semanas antes de empezar a rodar. Normalmente filmaba algunas tomas. Sabía de antemano cómo serían editadas las escenas y filmaba sólo lo que era necesario.
Como cineasta, Lumet creía que la mejor técnica es la que no llama la atención.
"No hay ningún estilo que detectar", dijo al New York Times en 2007, observando que en la mayoría de sus películas "no creo que haya ningún estilo visual porque me esfuerzo por encontrar el estilo visual que corresponde con historias específicas".
Debido a su propia experiencia en actuación, dijo Lumet en la entrevista de 2007 con el New York Times, la mayoría de los actores con los que trabajó sentían que estaban "en buenas manos, pero sin ser consentidos".
Meditando sobre una entrevista con el London Guardian, dijo: "Yo era un actor, por lo tanto sé dónde duele. Sé cuando es particularmente doloroso para ellos, cuando tienen que empezar a preguntarse. Todo buen trabajo es una auto-revelación. Lo sé. Eso lo sé".
Los que conocieron a Lumet trabajando, lo han elogiado por su afinidad con los actores.
"La magia del hombres es que esculpe lo que quiere muy cuidadosamente, y conspira contigo para ayudarle con lo que quiera que sea que tiene en mente", dijo Ossie Davis, que apareció en el drama en una prisión militar durante la Segunda Guerra Mundial, ‘La colina’, de 1965, en una entrevista para la edición de la serie documental ‘The Directors’, de 1997.
En el mismo documental, Rod Steiger, estrella nominada a un Oscar por ‘El prestamista’, el drama de Lumet sobre un sobreviviente del Holocausto acosado por los recuerdos, fue estrenado en Estados Unidos en 1965, observó que "lo importante es que, en lo que concierne a Sidney en su compasión y comprensión de la gente creativa, porque él mismo es muy creativo".
El Gremio de Directores de Estados Unidos, que reconoció la creatividad de Lumet detrás de la cámara con siete nominaciones a la mejor dirección, le otorgó el Premio D.W. Griffith, su más importante reconocimiento a contribuciones importantes al cine, en 1993.
Y en 2005, la Junta de Gobernadores de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas otorgó a Lumet un Oscar honorario en reconocimiento de sus "brillantes servicios para guionistas, actores y el arte del cine".
A los ochenta, sin embargo, Lumet no tenía ninguna intención de retirarse. En una industria que favorece la juventud, desafiaba la convención.
"Cualquiera sea la razón, simplemente sigo trabajando y trabajando, y aparecen cosas que quiero hacer", dijo a Los Angeles Times en 2005. "No sé si es una obsesión. Ciertamente es un modo de vida encantador".
"Si trabajas en el cine, no hay mejor trabajo que el mío. Así que ¿para qué parar antes que te obliguen la naturaleza o los estudios?"

Hijo del actor de teatro judío, Baruch Lumet, y de la bailarina Eugenia Wermus, Lumet nació el 25 de junio de 1924 en Filadelfia, aunque su familia se mudó a Nueva York cuando tenía cuatro años.
Siguiendo los pasos de su padre, Lumet se convirtió a temprana en actor de teatro judío y debutó en Broadway con un pequeño rol en el drama ‘Dead End’, de Sidney Kingsley, cuando tenía nueve.
Lumet, que estudió en la Professional Children’s School, apareció como niño actor en muchas otras piezas en Broadway, y actuó en numerosas series de radio. También tuvo un rol en el largometraje de 1989, ‘El tercio de una nación’ [One Third of a Nation], con Sylvia Sidney en el papel estelar.
Después de servir en el Cuerpo de Señales del Ejército como técnico de radares en Burma e India durante la Segunda Guerra Mundial, Lumet estudió actuación con Sanford Meisner y formó un grupo de teatro en off-Broadway.
Empezó a trabajar en televisión en 1950, contó más tarde, de casualidad.
Se estaba ganando bien la vida como actor y maestro -también había organizado un curso de teatro en la Escuela Superior de Arte Dramático- cuando un amigo actor, Yul Brynner, que había trabajado como director de personal de la CBS-TV, lo invitó a trabajar como director asistente.
Cuando Brynner dejó CBS para trabajar en ‘El rey y yo’ [The King and I] en Broadway, Lumet se encargó del proyecto en el que había estado trabajando Brynner: la serie de antología dramática ‘Danger’.
Lumet dirigió luego la serie de reconstrucción histórica  ‘You Are There’, presentada por Walter Cronkite y otras antologías dramáticas como ‘The Best of Broadway’, ‘The Goodyear Playhouse’ y ‘Studio One in Hollywood’.
Incluso después de lanzar su carrera en el cine en 1957, siguió dirigiendo producciones dramáticas para la televisión, incluyendo ‘The Sacco-Vanzetti Story’ en ‘Sunday Showcase’ y ‘El repartidor de hielo’ [The Iceman Cometh] en ‘Play of the Week’.
En 2001 volvió a la televisión como el creador, productor ejecutivo y principal director de la breve serie de tribunales ambientada en Manhattan, ‘100 Centre Street’ en la A&E Network.
El libro de Lumet, ‘Making Movies’, de 1995, un tomo de memorias profesional y una guía del cine, ha sido calificado como lectura fundamental para futuros cineastas.
Lumet se casó cuatro veces: con la actriz Rita Gam, la heredera Gloria Vanderbilt, la periodista y escritora Gail Jones (hija de la cantante Lena Horne y con el que tuvo dos hijas, Amy and Jenny), y Mary Gimbel.

Aparte de su esposa e hijas, le sobreviven su hinastra stepdaughter Leslie Gimbel, su hijastro stepson Bailey Gimbel, nueve nietos y un biznieto.
11 de abril de 2011
10 de abril de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh

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