Murió Kevin McCarthy
Actor. Conocido, entre otras películas, por su papel en ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’.
[Anita Gates] Murió el sábado en el Cape Cod Hospital en Hyannis, Massachusetts, Kevin McCarthy, el afable actor de mandíbula cuadrada que cosechó elogios en el escenario y en la pantalla por su actuación en ‘La muerte de un viajante’ [Death of a Salesman], pero que será siempre mejor conocido como la estrella de la película de ciencia ficción de 1956, ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’ [Invasion of the Body Snatchers; Muertos vivos; La invasión de los usurpadores de cuerpos]. Tenía 96 años y vivía en Sherman Oaks, California.
Su deceso fue confirmado por su hija Lillah McCarthy.
McCarthy, cuya hermana fue la célebre escritora Mary McCarthy, tenía 35 años y era un veterano con siete obras en Broadway cuando Elia Kazan lo aproximó para el papel de Biff, el superficial hijo mayor de Willy Loman en el drama ‘Muerte de un viajante’ en Londres, la obra de 1949 sobre las ilusiones y el hombre corriente con que Arthur Miller ganara el Premio Pulitzer. Su retrato de Biff en la versión cinematográfica de 1951 le significó una nominación al Oscar al mejor actor secundario.
Cinco años y cuatro insignificantes películas más tarde, McCarthy fue contratado para una película B de bajo presupuesto sobre una pequeña ciudad de California donde los vecinos son gradualmente reemplazados por vainas del espacio exterior. Las vainas, parecidas a pepinos gigantes, echan burbujas y espuma a medida que se convierten lentamente en espeluznantes y huecos duplicados de los vecinos del pueblo.
Miles Bennell (Mr. McCarthy), un guapo médico soltero, y Becky Driscoll (Dana Wynter), una bella divorciada, pasan la película tratando de evitar convertirse en vainas (permaneciendo despiertos, porque la transformación toma lugar cuando la gente duerme) y avisando a los otros.
La película, seleccionada para el Registro Nacional de Cine [National Film Registry] en 1994 y declarada como una de las diez mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine por el Instituto Americano del Cine [American Film Institute] en 2008, llegó a ser considerada como una metáfora de la paranoia de la época de la caza de brujas contra los comunistas.
Pero el actor principal, como otros muchos fans de cine de la época, lo veía de otro modo, como una advertencia contra el conformismo ciego.
"Realmente pensé que giraba sobre el inicio de un tipo de vida en que los ejecutivos tratan de decirte cómo vivir, qué hacer, cómo comportarte", dijo McCarthy al The Bangor Daily News en Maine en 1997.
Con los años, McCarthy pudo aceptar la inmortalidad que adquirió como actor de culto con ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, aunque tuvo cientos de roles en otros largometrajes y series de televisión (incluyendo múltiples apariciones en series como ‘Studio One’ en los años cincuenta y ‘The District’, en 2000), al mismo tiempo que continuaba su carrera en el teatro. Recorrió Estados Unidos como Harry S. Truman en el espectáculo unipersonal ‘Give ’Em Hell, Harry’ durante veinte años.
Kevin McCarthy nació el 15 de febrero de 1914 en Seattle, hijo de Roy Winfield McCarthy y Therese Preston. Los dos murieron durante la epidemia de influenza de 1918 y sus cuatro hijos fueron enviados a vivir con familiares en Minneapolis. Después de cinco años de vivir en condiciones casi dickensianas, descritas por en las memorias de la señora McCarthy, los más pequeños se fueron vivir con la abuela paterna.
Tras terminar la secundaria en Wisconsin, McCarthy estudió en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad Georgetown, con la idea de iniciar una carrera diplomática. Sin embargo, cambió de opinión y cambió su universidad por la de Minnesota, donde se interesó en la actuación.
Tras mudarse a Nueva York, debutó en Broadway en 1938 en ‘Abe Lincoln in Illinois’. Su carrera fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, en la que sirvió como agente de la policía militar. Después de su licenciamiento, se convirtió en un temprano miembro del Actors Studio, el bastión del Método en Nueva York.
Pese a sus éxitos en el cine y la televisión, McCarthy nunca dejó el teatro. Las dieciocho obras de Broadway en las que trabajó, incluyen ‘Winged History’, de Moss Hart (en la que fue anunciado como el Sargento Kevin McCarthy), el drama político ‘Advise and Consent’ [Tempestad sobre Washington], ‘Three Sisters’ [Tres hermanas], de Chejov, y la irreverente ‘Happy Birthday, Wanda June’ [Feliz cumpleaños, Wanda June], de Kurt Vonnegut.
McCarthy dominó rápidamente y destacó en roles como juez, general, político y otros hombres de poder -a veces no muy simpáticos. En ‘Flamingo Road’, la sensiblera serie de televisión de los años ochenta, fue un codicioso millonario de una pequeña ciudad de Florida. En la pantalla, ‘Loco por la novia’ [The Best Man] (1964), hizo de matón de un candidato a la presidencia, especializado en trucos sucios, y tuvo un rol político igualmente innoble en ‘Su distinguida Señoría’ [The Distinguished Gentleman] (1992). En ‘El chip prodigioso’ [Innerspace] (1987) fue un retorcido espía industrial; en ‘Buffalo Bill y los indios’ [Buffalo Bill and the Indians] (1976), un avaro publicista.
Y aunque no tuvo muchos papeles en ciencia ficción después de ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, apareció en la comedia de horror ‘Piraña’ [Piranha] (1978), como un científico loco que cría un pez asesino. También apareció en un remake de 1978 de ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’ como un hombre que se arroja contra el coche conducido por Donald Sutherland (actor estelar del remake), gritando ‘¡Ayuda! ¡Ya llegaron! ¡Escuchenme!", sonando muy parecido a su personaje en la película original.
Sus tipos malos no eran siempre tan malos. Fue un rudo jugador de poker en ‘El destino también juega’ [A Big Hand for the Little Lady] (1966) y el atractivo pero distante ex marido de Marilyn Monroe en ‘Vidas rebeldes’ [The Misfits](1961).
McCarthy siguió actuando incluso después de llegar a los noventa. Sus últimas apariciones en la pantalla fueron en 2009, en ‘Wesley’ (2008), una película de época del siglo dieciocho, y en el cortometraje ‘I Do’.
Se casó con la actriz Augusta Dabney en 1941, y tuvieron tres hijos. Se divorciaron en 1961. (Dabney murió en 2008). En 1979 se casó con Kate Crane, abogado, y tuvieron dos hijos. Crane le sobrevive, así como sus tres hijas -Lillah, de Los Angeles; Mary Dabney McCarthy, de Cape Cod; y Tess McCarthy, de Nueva York; dos hijos -James Kevin McCarthy, de San Diego; y Patrick McCarthy, de Portland, Oregon; una hijastra -Kara Lichtman, de Boston; un hermano -Preston; y tres nietos. Su hermana murió en 1989.
Los entrevistadores rara vez le preguntaban sobre temas más allá de ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’. (Le encantaba contar la historia de que dejó un nostálgico mensaje telefónico desde el otro lado del Atlántico a la señora Wynter: "Becky, soy Miles. ¡Despierta!") Pero en 1991 le contó a un crítico de The San Diego Union-Tribune sobre su idea de que el trabajo era el remedio de muchos males. "Trato de conseguir todo el trabajo que puedo", dijo McCarthy, entonces de 77 años. "Me encanta trabajar. Me encanta estar metido en cosas".
26 de septiembre de 2010
12 de septiembre de 2010
©new york times
cc traducción mQh
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