Murió Vince O'Brien
13 de julio de 2010
Actor de cine y teatro. Conocido por sus papeles en ‘Ley y orden’.
[Jay Levin] Murió el sábado Vince O’Brien, de Haworth, un actor de carácter cuya prolongada carrera incluyó memorables giros como un hombre de negocios depravado en la comedia musical de Broadway, ‘Promises, Promises’ y un honesto doctor de hotel en el clásico de Woody Allen, ‘Annie Hall’. Tenía 91 años.
La causa de su muerte fue una deficiencia cardiaca, informó su hijo Liam.
O’Brien se destacaba por representar a figuras de autoridad, como consecuencia de su calvicie y aspecto de hombre maduro.
"He visto películas de él cuando era joven", dijo su hijo, "y siempre se vio más viejo".
Fue invitado habitual como juez en la serie ‘La ley y el orden’ [Law and Order] en los años noventa y en culebrones como ‘Ryan’s Hope’ en los setenta y ‘Al filo de la noche’ [The Edge of Night] en los sesenta, y como sheriff en el culebrón de culto, ‘Sombras tenebrosas’ [Dark Shadows], también en los años sesenta.
Sin embargo, era mejor recordado como el Shell Answer Man, en anuncios de televisión y prensa de la compañía de petróleo.
O’Brien dijo en una entrevista de 1969 con The Record, que conseguir ese papel "fue como ganarme la lotería". En la época estaba trabajando en ‘Promises, Promises’, comedia basada en la película ‘El apartamento’ [The Apartment] (1960), de Billy Wilder. O’Brien era el señor Eichelberger, uno de los cuatro ejecutivos que usaba el apartamento de un colega para sus citas amorosas secretas.
Ocho años después, O’Brien estaba en el reparto de ‘Annie Hall’. Aparece en la escena en que Alvy Singer, el neurótico neoyorquino de Woody Allen, en Los Ángeles para presentar una ceremonia de premiación, se esconde en su cuarto de hotel quejándose de dolor de estómago.
"¿Por qué no tratas de controlarlo un poco? Es pura cobardía", le dice a Singer el comprensivo doctor de O’Brien, ofreciéndole un bandeja del servicio de habitación, mientras Annie Hall (Diane Keaton), la novia, termina una llamada en la que los productores del programa acceden a encontrar un reemplazo para el presentador.
Los problemas estomacales de Singer desaparecen repentinamente. "Bueno, según me parece, no tiene usted nada malo", dice el doctor a su hipocondriaco paciente. "No tiene fiebre, no tiene ningún síntoma de nada. No ha comido ni cerdo ni mariscos..."
El segundo de nueve hijos, Vincent O’Brien se crió en Nueva Bretaña, Connecticut. Sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial y estudió teatro en la Universidad Carnegie-Mellon University en 1949. Se marchó a Nueva York en 1950, el mismo año en que se casó con Kate, a la que había conocido en la universidad.
O’Brien consiguió trabajo en cine y televisión casi de inmediato. Apareció en veintitrés dramas en vivo en ‘Studio One’, de CBS, y en un episodio apareció con Walter Matthau.
En 1953, los O’Brien se mudaron a una granja del siglo 19 en Haworth, con sus dos pequeños hijos. La familia creció; llegaron a tener diez hijos.
"Tuvo su carrera como actor de Nueva York desde el primer día", dijo Liam O’Brien. "Era un actor trabajador, fue el único trabajo que tuvo en su vida".
Entre las actuaciones de O’Brien en el teatro se incluye la pieza de Broadway, ‘Advise and Consent’ en 1960-61 y producciones en la North Jersey Playhouse en Fort Lee, la Playhouse on the Mall en Paramus y la Paper Mill Playhouse en Millburn. Fue un actor principal en la producción del monólogo ‘Clarence Darrow’ en el Haworth Summer Shakespeare Festival, y fue Willy Loman en una producción de 1988 de ‘Muerte de un vendedor’ [Death of a Salesman] en el Siena College al norte de Nueva York.
Sus últimos papeles en el cine fueron ‘Seis grados de separación’ [Six Degrees of Separation] y ‘El dilema’ [Quiz Show] a principios de los noventa. Trabajó en teatro por última vez hace ocho años en su musical favorito ‘The Fantasticks’, en la Ivoryton Playhouse en Connecticut. Veinticinco años antes, dirigió la función benéfica de ‘The Fantasticks’ en la parroquia de su pueblo, la Iglesia del Sagrado Corazón.
Liam O’Brien dijo que su padre era un "tipo de algún modo complicado".
"Era un católico devoto y en algunas cosas era muy conservador y del Viejo Mundo, pero tenía una visión muy global de las cosas: era partidario de los derechos civiles y rechazaba el racismo", dijo Liam O’Brien.
Cinco de sus hijos lo precedieron en la muerte: Miriam, Molly, Austin, Mercedes y Tony. Además de su esposa durante sesenta años, le sobreviven su hija Mary O’Brien, de Closter, y sus hijos Vincent, de Warwick, Nueva York; Conal, de Manhattan; Liam, de Deerfield, Massachusetts; y Dominic, de Closter; cinco nietos; cuatro biznietos; y un hermano, Charles O’Brien, de Florida.
21 de junio de 2010
©north jersey
cc traducción mQh
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