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pan y cine y el santo

Heidi en Hollywood


Consiguiendo trabajo en el mundo del espectáculo. Heidi es una actriz que lo hace todo: sentarse, quedarse quieta, girar. Pero su mamá en las tablas se está dando cuenta de que llegar a ser una estrella en Hollywood para los perros no es nada fácil.
[Diane Haithman] Los Angeles, Estados Unidos. En Los Angeles, el mito de que todo el mundo vive esperando ser descubierto simplemente se niega a morir, alimentado quizás por la remota posibilidad de que un director de reparto entre un día directamente a un local de comidas rápidas y contrate al tipo que atiende en el mesón, con emocionante realismo, para hacer de mesonero de un local de comidas rápidas.
Yo soy inmune a este tipo de fantasía, a menos que esté metido un perro.
En enero de 2008 estaba jugando a la pelota con un pastor alemán en un parque de Studio City, cuando se nos acercó una mujer de una agencia de talentos que sugirió que Heidi tenía pasta para ser estrella y debería someterse a una audición.
Siempre oyes historias sobre agentes que se acercaron a unos padres para hablarles sobre sus hijos, pero ¿un perro? Sin embargo, mi mente ya iba a toda velocidad, imaginámdome mamá-directora-de-escena: ¿Debería mentir sobre su edad? Tiene seis, pero aparenta cuatro... Es grande, pero juega como niña...
Me metí al bolsillo la tarjeta de visita de la mujer, sin pensar ni por asomo que tratar de introducir una pata de Heidi en la puerta de Hollywood nos llevaría a conocer a perros del cine y la televisión, a lecciones de ladrido, caracterización, una introducción al colorido de pieles, una guerra con una rata profesional y un encuentro cercano con un zorrillo muy poco profesional.
Heidi fue encontrada por una amiga de la familia en un alcantarillado en Houston, con su camada de seis cachorros, en la primavera de 2003. Ni siquiera tenía un año. Para cuando fue rescatada, habían muerto tres de los cachorros. Ella y los otros cachorritos eran apenas algo más que piel, huesos y pulgas y necesitaban una transfusión de sangre. Nuestra amiga sabía que queríamos adoptar a una perra adulta y nos llamó; en junio de ese año, mi marido y yo viajamos a Texas para recoger a nuestra nueva mascota.
Cinco años más tarde, llevaba a Heidi a la Hollywood Paws Animal Career Academy.
Durante su audición, Heidi se sentó obedientemente, se mantuvo quieta y agarró la pelota roja. Luego nos llevaron a toda prisa a un encuentro con un tipo de una agencia que nos dijo que habíamos sacado cuatro de los cinco puntos. Yo no sabía que estaban midiendo nuestra ‘interacción canina’.
¿Qué teníamos que hacer para obtener los cinco puntos?
El representante recomendó que inscribiera a Heidi en una combinación de los Niveles I y II con el programa de actuación del Nivel III. El precio era de 3.995 dólares. No alcancé a preguntar cuánto costaba el Nivel III.
(Hollywood Paws fue denunciada en 2006 por más de una docena de dueños de mascotas que dijeron que la agencia no cumplió con sus compromisos de audición ni entregó las conexiones prometidas con Hollywood, pero un juez del Tribunal Superior desechó todos los cargos por fraude o negligencia. Una cita de la declaración de motivos: "Muchos de los querellantes querían que sus mascotas fueran superestrellas, pero Hollywood está lleno de desengaños").
Le dije al agente que lo iba a pensar.
Luego, a sugerencia de un entrenador de obediencia que trabajó con Heidi justo después de que la lleváramos a Los Angeles, empecé a investigar el club de iniciados de las compañías de animales de Hollywood. ¿Serían un obstáculo para que Heidi ascendiera al estrellato animal?
Después de mirar a un pastor alemán llamado Rowdy representar un papel fundamental como un perro que es acusado falsamente de asesinato en un episodio de ‘NCIS’, llamé a los productores y descubrí que el entrenador de Rowdy era Shawn Weber. Durante una visita al plató, Weber no se mostró entusiasta. La mayoría de los animales del mundo del espectáculo no son mascotas, dijo; son poseídos y adiestrados por compañías animales. Se refirió a Heidi como un "animal particular".
¿Tenía alguna posibilidad de encontrar trabajo?
"Eso es tan realista como si pudiera convertirme en Tom Cruise".
Weber agregó que, si superaba los obstáculos, Heidi se enfrentaría a un problema que aqueja a muchos actores humanos: su encasillamiento. Los pastores alemanes son vistos como perros policiales, perros guardianes o perros de ataque. El rol de mascota lo destinan normalmente a un labrador o a un golden retriever.

Sin inmutarme, mi siguiente llamado fue para Animal Actors 4 Hire, una compañía dirigida por Moe DiSesso en el pasado, que fue durante nueve años en adiestrador de ‘Seinfeld’ y un abastecedor de animales para películas como ‘La revolución de las ratas’ [Willard], ‘El día de la independencia’ [Independence Day] y ‘Annie’.
Hablé con su viuda, Sue, también una experimentada adiestradora, que parecía saber de lo que hablaba, incluyendo los asombrosos obstáculos que Heidi debía superar en la industria. A regañadientes aceptó beber un café conmigo.
La primera observación de DiSesso sobre Heidi fue que tenía que aprender a ladrar cuando se lo ordenaran. (Fue otra confirmación de que si Heidi conseguía alguna vez un papel en el cine o la televisión, lo más probable era que fuera persiguiendo a tipos malos que retozando con niñitos).
Otro problema potencial: como muchos perros grandes, Heidi sufre de problemas en las articulaciones. DiSesso temía que Heidi no fuera capaz de hacer las secuencias de acción repetitiva que se exige a menudo de pastores alemanes. Las opciones de Heidi podrían limitarse a papeles no activos, incluyendo comerciales de televisión o anuncios impresos. Lo positivo era que Heidi había empezado a recibir tratamientos periódicos de acupuntura incluso antes de sus intentos de entrar al mundo del espectáculo.
Mientras DiSesseo hablaba, una cosa me quedó clara: si se trataba de que Heidi lo consiguiera, teníamos que conseguirnos un entrenador sindicalizado y con conexiones.
No sé quién parecía más angustiada, si yo o Heidi, pero al final de nuestros lattes, DiSesso accedió a aceptar a Heidi como cliente. "Veamos si le podemos conseguir algún trabajo", dijo. Pero agregó: "Toma cerca de un año adiestrar a un perro actor".
También se necesita una mente abierta. Durante nuestras sesiones de adiestramiento, tuve varios encuentros con lo inesperado y lo desconocido:

* DiSesso apareció un día con un ‘aparato para gruñir’, que expone los colmillos cuando se lo coloca en el hocico para que el perro se vea maaalo. Me explicó que, para muchos perros, el único modo de que gruñan es provocarlos hasta el punto de que quieren agredirte, y nadie quiere tener a un perro agresivo en el plató.
Una vez que se ha utilizado el aparato y la toma está en la lata, el productor de la película o del programa de televisión puede repetir los sonidos apropiados.

* Después de explicar que un animal protagonista puede necesitar dobles o triples en el estudio, DiSesso nos introdujo a Rose Ordile, uno de los principales coloristas animales de Hollywood. Ordile había convertido caballos blancos en cebras, gatos blancos en gatos tricolores y cambiado las motas de los border collies, todo con colores no tóxicos.

* Un perro de teatro o de cine debe aprender a ignorar la distracción. Un día DiSesso se apareció con Sweetie, una rata gris de seis meses, para que pudiéramos enseñar a Heidi a no perseguirla como si fuera un juguete para chupar vivo. Al principio, puso la jaula del roedor fuera de su alcance, en mi mesa de comedor. ("Las ratas son muy limpias", insistió el entrenador).
Cuando llegó la hora de que los dos animales se conocieran, DiSesso me hizo decidir si coger a la perra o a la rata. Elegí al perro, manteniendo a Heidi fuertemente cogida con una correa corta, preparada para provocar un fuerte chasquido correctivo si atacaba al roedor. Con la firme dirección de DiSesso, Heidi ni se acercó a la rata. Por otro lado, su inclinación a perseguir ardillas puede ser una adicción inquebrantable.
Pese a los encuentros inesperados, el proceso de adiestramiento fue algo tedioso. ¿No sería posible que un poquito de glamour de Hollywood lo hiciera más entretenido?
Intenté conseguir un encuentro entre Heidi y Rusco, el chihuahua que hizo de Papi en ‘Beverly Hills Chihuahua’, y me rechazaron. Más tarde, Heidi tuvo un encuentro con un perro famoso: Jonah, uno de los veintidós labradores amarillos utilizados para representar al personaje protagónico de ‘Marley & Me’.
El adiestrador de ‘Mailer’, Mark Forbes, llevó a Jonah al Johnny Carson Park en Burbank para reunirse con Heidi y compartir algunos datos.
Reiteró que es raro ver a un perro particular en una película. Aunque muchos de los perros usados en ‘Marley’ eran "verdes" (esto es, no tenían adiestramiento previo, ni siquiera habían tenido lecciones de obediencia), eran, como Jonah, de propiedad de compañías de animales profesionales. ¿La razón? Forbes dijo que preparar a un perro para que aparezca en una película puede tomar cuatro a cinco meses. Durante ese tiempo, el animal vive con un entrenador y la mayoría de la gente, incluyéndome yo, no queremos separarnos tanto tiempo de nuestras mascotas.
Pero pese a las dificultades, no podía simplemente abandonar la idea de que Heidi pudiera conseguir algo en el mundo del espectáculo.
Llamé a un hombre que sabe más que nadie sobre perros actores: William Berloni, de Theatrical Animals, de William Berloni, y autor de ‘Broadway Tails: Heartfelt Stories of Rescued Dogs Who Became Showbiz Superstars’. La compañía de Berloni también trabaja para la televisión y el cine, aunque es quizás mejor conocido como el entrenador que rescató a un tímido chucho de un refugio y lo adiestró para convertirse en el primer Sandy del musical ‘Annie’, en Broadway.
Berloni todavía adiestra perros para producciones de ‘Annie’ y en eneroinvitó a Heidi para un papel como extra en una producción itinerante en el Teatro Kodak, de Hollywood. Pero era un papel principal, pero era un principio.
A medida que se aproximaba la fecha, Berloni llamó para concertar una cita entre Heidi y Mikey, el perro que hacía de Sandy, simplemente para asegurarse de que los perros se llevaran bien en el escenario.
La noche antes del encuentro, Heidi tuvo una cita con un peluquero y emergió, como siempre, suave, fragante e histérica. Quizás se debió a la excitación en el baño lo que la llevó a salir disparada de la casa, antes que yo, cuando salí a buscar la correspondencia. La encontré debajo de un árbol, moviendo el rabo, con un enorme zorrillo colgando de su boca.
Esto no le podía haber pasado a un niño estrella.
Después de un prolongado frotamiento de emergencia, Heide estuvo lo suficientemente presentable como para citar a Mikey para el día siguiente. Aunque nunca fueron amigos, se toleraron lo suficientemente bien como para evitar que Heidi fuera despedida.

La noche de su debut, recibí una llamada de un representante del programa diciéndome que yo debía cruzar el escenario con Heidi durante el número musical ‘N.Y.C.’ del Acto I. Yo debía representar a una dama de la alta sociedad, pero mi principal papel era mantener a Heidi tranquila.
Entre bastidores, Heidi cumplió con el estereotipo de su legado teutónico y gruñó al inspector animal que se apareció para asegurarse de que estaban siendo bien tratados. De hecho, antes de que se elevara la cortina, Heidi le gruñó a todo el mundo, incluyendo a Madison Kerth, que hacía de Annie. Pero pese al ruido y a las distracciones, y a los tramoyistas y ‘huérfanos’, Heidi hizo exactamente lo que tenía que hacer. Fue una victoria de treinta segundos.
Después del programa la reconocieron incluso en el ascensor, quizás porque era el único pastor alemán en los alrededores.
¿Hay otros papeles para Heidi en el futuro? Por consejo de Berloni, están examinando la posibilidad de pararla frente a una cámara y buscar trabajo como equipo, como ‘extra con mascota’. Por supuesto, estoy vacunada contra los atractivos de Hollywood, pero haría cualquier cosa por el perro.

8 de abril de 2009
©los angeles times 
[viene de mQh
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