Murió Gillo Pontecorvo
Muere a los 86 Gillo Pontecorvo, mejor conocido por su película ‘La batalla de Argel'.
El director italiano Gillo Pontecorvo, que dirigió el clásico en blanco y negro ‘La batalla de Argel', murió en Roma, informaron el viernes empleados del hospital. Tenía 86 años.
Pontecorvo murió el jueves noche, dijo el portavoz del hospital Nicola Cerbino. No se dio a conocer la causa de su muerte, pero informes dicen que sufrió un ataque al corazón hace algunos meses.
Pontecorvo dirigió sólo un puñado de largometrajes en una carrera que se extendió algunas décadas, ganándose el apodo de ‘director vago'. Pero siguió participando en el mundo del cine, dirigiendo documentales y como director del Festival de Cine de Venecia durante algunos años.
Ex combatiente de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, Pontecorvo mantuvo fuertes pasiones políticas que se reflejaban en sus películas.
Su película ‘Kapo' de 1959, contaba la historia de una chica judía tratando de escapar de un campo de concentración, y ‘Queimada', en 1969, tiene a Marlon Brando como actor de una historia contra el colonialismo.
Pero fue ‘La batalla de Argel' la que le dio fama.
La épica de 1966 describe la insurrección argelina contra los franceses en los años cincuenta, en una película tipo documental, con un reparto de actores en gran parte amateurs y una distintiva banda sonora de Pontecorvo y Ennio Morricone. La película estuvo durante varios años prohibida en Francia.
Le ganó un León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, así como nominaciones al Oscar por mejor director, mejor guión y mejor película extranjera.
Cuando ‘La batalla de Argel' fue relanzada en 2004, el crítico de cine de Los Angeles Times, Kenneth Turan, dijo que "describe una de las dinámicas paradigmáticas de nuestra época, la guerra de guerrillas para liberarse de lo que los ocupados perciben como el peso opresivo de una potencia invasora".
El Pentágono consideró la película suficientemente verosímil y poderosa como para usarla en programas de adiestramiento para expertos militares y civiles en 2003.
Pero Pontecorvo no esperaba que los espectadores vieran su película desde un punto de vista educacional.
"No creo que una película pueda enseñar algo", dijo a un periodista del International Herald Tribune en 2004. "Creo que lo más que puede hacer ‘La batalla de Argel' es enseñar a hacer cine, no la guerra".
La película fue revolucionaria por sus técnicas neo-documentales, tan convincente que sus distribuidores iniciales agregaron un descargo, diciendo: "No se ha usado ni un solo rollo de noticiario".
La crítico de cine Pauline Kael la calificó de "probablemente la epopeya revolucionaria más conmovedora desde el ‘Potemkin' de Eisenstein".
Nacido como Gilberto Pontecorvo el 19 de noviembre de 1919 en Pisa en e seno de una adinerada familia judía, se mudó a Francia para escapar de las leyes raciales del régimen fascista de 1938, sobreviviendo como instructor de tenis.
En sus veinte, empezó a viajar entre Milán y Florencia para mantener los contactos entre los movimientos antifascistas, dijo el diario italiano La Repubblica. Volvió a Milán y encabezó una brigada de la resistencia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, estudió química y trabajó como periodista antes de empezar a dirigir documentales.
Su primer largometraje, de 1957, giraba sobre la historia de una comunidad de pescadores, con Yves Montand y Alida Valli, titulada ‘La gran calle azul'.
Una de sus últimas películas, ‘Ogro', de 1980, estuvo escenificada en España en los años de la dictadura de Francisco Franco.
Pontecorvo fue director del Festival de Cine de Venecia de 1992 a 1994.
La noticia de su muerte se dio a conocer mientras Roma se prepara para la apertura de la primera edición de su festival de cine, y cientos de ejecutivos, celebridades y VIPS de la industria se reunían para una ceremonia en honor de Sean Connery.
Pontecorvo deja a su esposa, Picci, y tres hijos.
Pontecorvo murió el jueves noche, dijo el portavoz del hospital Nicola Cerbino. No se dio a conocer la causa de su muerte, pero informes dicen que sufrió un ataque al corazón hace algunos meses.
Pontecorvo dirigió sólo un puñado de largometrajes en una carrera que se extendió algunas décadas, ganándose el apodo de ‘director vago'. Pero siguió participando en el mundo del cine, dirigiendo documentales y como director del Festival de Cine de Venecia durante algunos años.
Ex combatiente de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, Pontecorvo mantuvo fuertes pasiones políticas que se reflejaban en sus películas.
Su película ‘Kapo' de 1959, contaba la historia de una chica judía tratando de escapar de un campo de concentración, y ‘Queimada', en 1969, tiene a Marlon Brando como actor de una historia contra el colonialismo.
Pero fue ‘La batalla de Argel' la que le dio fama.
La épica de 1966 describe la insurrección argelina contra los franceses en los años cincuenta, en una película tipo documental, con un reparto de actores en gran parte amateurs y una distintiva banda sonora de Pontecorvo y Ennio Morricone. La película estuvo durante varios años prohibida en Francia.
Le ganó un León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, así como nominaciones al Oscar por mejor director, mejor guión y mejor película extranjera.
Cuando ‘La batalla de Argel' fue relanzada en 2004, el crítico de cine de Los Angeles Times, Kenneth Turan, dijo que "describe una de las dinámicas paradigmáticas de nuestra época, la guerra de guerrillas para liberarse de lo que los ocupados perciben como el peso opresivo de una potencia invasora".
El Pentágono consideró la película suficientemente verosímil y poderosa como para usarla en programas de adiestramiento para expertos militares y civiles en 2003.
Pero Pontecorvo no esperaba que los espectadores vieran su película desde un punto de vista educacional.
"No creo que una película pueda enseñar algo", dijo a un periodista del International Herald Tribune en 2004. "Creo que lo más que puede hacer ‘La batalla de Argel' es enseñar a hacer cine, no la guerra".
La película fue revolucionaria por sus técnicas neo-documentales, tan convincente que sus distribuidores iniciales agregaron un descargo, diciendo: "No se ha usado ni un solo rollo de noticiario".
La crítico de cine Pauline Kael la calificó de "probablemente la epopeya revolucionaria más conmovedora desde el ‘Potemkin' de Eisenstein".
Nacido como Gilberto Pontecorvo el 19 de noviembre de 1919 en Pisa en e seno de una adinerada familia judía, se mudó a Francia para escapar de las leyes raciales del régimen fascista de 1938, sobreviviendo como instructor de tenis.
En sus veinte, empezó a viajar entre Milán y Florencia para mantener los contactos entre los movimientos antifascistas, dijo el diario italiano La Repubblica. Volvió a Milán y encabezó una brigada de la resistencia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, estudió química y trabajó como periodista antes de empezar a dirigir documentales.
Su primer largometraje, de 1957, giraba sobre la historia de una comunidad de pescadores, con Yves Montand y Alida Valli, titulada ‘La gran calle azul'.
Una de sus últimas películas, ‘Ogro', de 1980, estuvo escenificada en España en los años de la dictadura de Francisco Franco.
Pontecorvo fue director del Festival de Cine de Venecia de 1992 a 1994.
La noticia de su muerte se dio a conocer mientras Roma se prepara para la apertura de la primera edición de su festival de cine, y cientos de ejecutivos, celebridades y VIPS de la industria se reunían para una ceremonia en honor de Sean Connery.
Pontecorvo deja a su esposa, Picci, y tres hijos.
14 de octubre de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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