El Rey Del Mambo
Carles Mira (dir), Maruja Torres, Charo López, Magüi Mira, José Luis López Vázquez.
Un plomero (don Martín) habla por teléfono; aparece un negro desnudo y el lo manda a reparar un techo. Él, Alí Mambo Corbatas, se cae y, cuando vuelve en sí, se encuentra con una señora que lo mira fijamente a los ojos. Van luego raudos a sofocar un incendio, pero chocan con otro coche, del que nuevamente se cae Alí. Parece que ella tiene un diente de oro, pero no se observa bien. Su marido, todo elegante, las dice a las hijas que no les dará un besito si no hacen pipí, al tiempo que le prohíbe fumar a su esposa; ésta, que es vengativa, amenaza con la muerte a su institutriz polaca si le fuma el puro que tiene escondido en la gaveta. Él habla por teléfono y un enemigo oculto lo ataca ingenuamente poniéndole a Vivaldi como música de fondo. No pasa nada, obviamente. Ella, empotada de Alí, le va a buscar. El plomero, despechao, le dice que el negro se murió y que se fue a Jamaica. Alí, sin embargo, se asoma por su despacho y ella, so to speak, se atora con el susto. Don Martín se enoja y, desesperao, se opera, transformándose en Shirley Temple. A la criada le da por hablar un idioma diferente cada día, lo que parece divertirla enormemente. Después, Shirley se planta pelos en la coronilla y trata de aprender a bailar el mambo, porque quiere ganar el amor de Alí. El marido se le monta encima a la Ana y se asea después furiosamente y ella le dice, muy ofendida, con un rictus de desprecio, si acaso teme agarrarse una infección. La Shirley se aburre y se cambia en negro. Ella se apresura y capura a Alí, obligándole a actuar en una película ligeramente erótica (que filma su gobernanta), titulada ´El Rey del Mango´. El misionero confesor la reprocha duramente. Los malos enviados por el marido raptan a don Martín, porque confunden con Alí; entonces el marido de la Ana, que es director de la central nuclear que se está incendiando, también se enamora de él -cuando el negro queda inconsciente después de caerse nuevamente de cabeza- y la dice que a él también le gusta el pan con mantequilla. Ella, llena de odio y despecho, para matarle, le arroja un cuchillo de cortar pan, que se clava en el marco de la puerta. La Carmen aprovecha de robarle las gafas a Alí. El misionero toma una Colt 45 y, antes de salir del confesionario, se mete una línea en forma de cruz en la nariz. Para vengarse, el marido acusa a Alí de ser terrorista y éste aprovecha de robarle a su vez las gafas a la Ana. La criada le roba las gafas a la Carmen. El marido del cura, fuera de sí, la mata a tiros. Pero ella se escapa con Alí a Jamaica, luego de ingresar a la secta de Las Hermanas de Nuestro Sagrado Señor de la Pornificación, que no es otro que el mismísimo Alí.
Frases para la historia: "El hambre atrasada hace milagros" (le dice una amiga envidiosa a la Ana). "Otra cosa es no saber cuántos huevos entran en una docena" (la Carmen a la Ana).
Diálogo: la Carmen a la Ana: "Estoy destrozada" (arrogante y estirándose como gata). La Ana a la Carmen: "Será de matarte a pajas" (con mirada de odio concentrado). Una comedia recomendable con gran urgencia: ideal para el lunes. A destacar para la historia del cine español es que esta debe de ser una de las pocas películas en que una actriz haya debido imitar la voz de una mujer haciendo un poderos mamada.
Se consume en esta película: tomate, cebolla, limón, ron blanco, perjeil, aceite de oliva, pepinillos, aceitunas, naranja, mango, gin con gin, polla, menta, churros, jamones, embutidos, chorizo, conejo, suizos, ron añejo con jerez, café, martini, leche, champaña, caviar rojo y negro, tragos largos con pajilla, tónica, mineral, zumo de melocotón, bebidas, pan, y, well, rosas.
En expresiones fijas, úsanse: canelita en ramas, azuquítar moreno, chocolatito con nata, bollazo y cojón de mico; la Carmen al Alí, por supuesto. (Ciudadela 11, junio 1999, pp.7-9).
Un plomero (don Martín) habla por teléfono; aparece un negro desnudo y el lo manda a reparar un techo. Él, Alí Mambo Corbatas, se cae y, cuando vuelve en sí, se encuentra con una señora que lo mira fijamente a los ojos. Van luego raudos a sofocar un incendio, pero chocan con otro coche, del que nuevamente se cae Alí. Parece que ella tiene un diente de oro, pero no se observa bien. Su marido, todo elegante, las dice a las hijas que no les dará un besito si no hacen pipí, al tiempo que le prohíbe fumar a su esposa; ésta, que es vengativa, amenaza con la muerte a su institutriz polaca si le fuma el puro que tiene escondido en la gaveta. Él habla por teléfono y un enemigo oculto lo ataca ingenuamente poniéndole a Vivaldi como música de fondo. No pasa nada, obviamente. Ella, empotada de Alí, le va a buscar. El plomero, despechao, le dice que el negro se murió y que se fue a Jamaica. Alí, sin embargo, se asoma por su despacho y ella, so to speak, se atora con el susto. Don Martín se enoja y, desesperao, se opera, transformándose en Shirley Temple. A la criada le da por hablar un idioma diferente cada día, lo que parece divertirla enormemente. Después, Shirley se planta pelos en la coronilla y trata de aprender a bailar el mambo, porque quiere ganar el amor de Alí. El marido se le monta encima a la Ana y se asea después furiosamente y ella le dice, muy ofendida, con un rictus de desprecio, si acaso teme agarrarse una infección. La Shirley se aburre y se cambia en negro. Ella se apresura y capura a Alí, obligándole a actuar en una película ligeramente erótica (que filma su gobernanta), titulada ´El Rey del Mango´. El misionero confesor la reprocha duramente. Los malos enviados por el marido raptan a don Martín, porque confunden con Alí; entonces el marido de la Ana, que es director de la central nuclear que se está incendiando, también se enamora de él -cuando el negro queda inconsciente después de caerse nuevamente de cabeza- y la dice que a él también le gusta el pan con mantequilla. Ella, llena de odio y despecho, para matarle, le arroja un cuchillo de cortar pan, que se clava en el marco de la puerta. La Carmen aprovecha de robarle las gafas a Alí. El misionero toma una Colt 45 y, antes de salir del confesionario, se mete una línea en forma de cruz en la nariz. Para vengarse, el marido acusa a Alí de ser terrorista y éste aprovecha de robarle a su vez las gafas a la Ana. La criada le roba las gafas a la Carmen. El marido del cura, fuera de sí, la mata a tiros. Pero ella se escapa con Alí a Jamaica, luego de ingresar a la secta de Las Hermanas de Nuestro Sagrado Señor de la Pornificación, que no es otro que el mismísimo Alí.
Frases para la historia: "El hambre atrasada hace milagros" (le dice una amiga envidiosa a la Ana). "Otra cosa es no saber cuántos huevos entran en una docena" (la Carmen a la Ana).
Diálogo: la Carmen a la Ana: "Estoy destrozada" (arrogante y estirándose como gata). La Ana a la Carmen: "Será de matarte a pajas" (con mirada de odio concentrado). Una comedia recomendable con gran urgencia: ideal para el lunes. A destacar para la historia del cine español es que esta debe de ser una de las pocas películas en que una actriz haya debido imitar la voz de una mujer haciendo un poderos mamada.
Se consume en esta película: tomate, cebolla, limón, ron blanco, perjeil, aceite de oliva, pepinillos, aceitunas, naranja, mango, gin con gin, polla, menta, churros, jamones, embutidos, chorizo, conejo, suizos, ron añejo con jerez, café, martini, leche, champaña, caviar rojo y negro, tragos largos con pajilla, tónica, mineral, zumo de melocotón, bebidas, pan, y, well, rosas.
En expresiones fijas, úsanse: canelita en ramas, azuquítar moreno, chocolatito con nata, bollazo y cojón de mico; la Carmen al Alí, por supuesto. (Ciudadela 11, junio 1999, pp.7-9).
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