Blogia
pan y cine y el santo

Raúl Ruiz


Prolífico director de crípticas películas.
[William Grimes] Murió el viernes en París el director chileno Raúl Ruiz, que presentó una imagen laberíntica y críptica de psicología individual y relaciones sociales en ‘Misterios de Lisboa’ [Mysteries of Lisbon] y en más de cien películas. Tenía 70 años.
Su muerte la anunció laministro de Arte y Cultura de Chie, Fraçois Margolin, que produjo varias de las películas de Ruiz, informó la Associated Press.
Aunque la mayoría de las películas de Ruiz se proyectan en cine-artes y festivales de cine, empezó a hacerse con un público más amplio cuando ‘Tres vidas y una sola muerte’ [Three Lives and Only One Death], con Marcello Mastroianni en el protagónico, fue proyectada en el Festival de Cine de Cannes en 1996, después de lo cual empezó a rodar con estrellas internacionales.
Entre esta se incluyen ‘Genealogías de un crimen’ [Genealogies of a Crime] (1997) con Catherine Deneuve, ‘La comedia de la inocencia’ [Comedy of Innocence] (2000) con Isabelle Huppert, y varias películas con John Malkovich, incluyendo la película autobiográfica austriaca, ‘Klimt’ (2006).
También hizo películas americanas, incluyendo la hitchcockiana ‘Imagen destrozada’ [Shattered Image] (1998), con William Baldwin y Anne Parillaud en los papeles estelares.
‘El tiempo recobrado’ [Time Regained] (1999), su interpretación de la novela de Proust, fue una gran obra de época que reflejaba su atracción de toda la vida hacia los dramas sociales complejos y entrelazados, con un plantel de estrellas, entre las cuales Deneuve como Odette de Crécy, Mr. Malkovich como el Barón de Charlus y Emmanuelle Béart como Gilberte.
Más tarde Ruiz volvió a consentirse su pasión por el arte narrativo en una gran lienzo social en la película de 2010, ‘Misterios de Lisboa’, una crónica retorcida y llena de incidentes de la aristocracia portuguesa durante las guerras civiles del siglo diecinueve, que muchos críticos consideraron como el broche final de su carrera.
Basada en la descomunal novela del siglo diecinueve de Camilo Castelo Branco que fue publicada originalmente por entregas, la película fue proyectada en Europa como una serie de televisión de seis horas antes de que se la adaptara como película de algo más de cuatro. Fue su debut en Estados Unidos en el Festival de Cine de Nueva York en 2010 y cautivó a los críticos con su alcance y complejidad narrativa, lleno de giros y vueltas. "El mundo de sus películas -como vivido por personajes y público por igual- es a la vez dulce, elegantemente familiar y lleno de sorpresas", escribió A.O. Scott en un perfil de Ruiz para la New York Times Magazine de julio. "Hay desapariciones repentinas, secretos guardados durante toda la vida que emergen a la luz, ocurrencias sobrenaturales y bizarras coincidencias. En su universo, la improbabilidad es la regla."

Raúl Ernesto Ruiz Pino nació el 25 de junio de 1941 en Puerto Montt, sur de Chile, y creció en Valparaíso y alrededores. Su padre era un capitán de la marina mercante con el que viajó por todo el mundo durante sus vacaciones de verano.
De niño, evitaba los teatros donde proyectaban las serias películas mexicanas, francesas e italianas, prefiriendo el teatro que mostraba las seriales de Flash Gordon y películas de vaqueros.
Empezó a escribir teatro a una velocidad furiosa cuando todavía era adolescente, y aunque estudió derecho y teología en la Universidad de Chile, gravitó hacia el cine arte y el departamento de cine experimental.
Después de pasar un año en la escuela de cine dirigida por Fernando Birri en Santa Fe, Argentina, trabajó como editor de un programa de noticias en Chile y como guionista de culebrones de Televisa, en México, una experiencia que se reflejó en su fascinación de toda la vida con la cultura popular y las convenciones de las narrativas seriales.
Ruiz se dio a conocer como director poco después de que el político socialista Salvador Allende fuera elegido presidente de Chile en 1970. Ya había construido una pequeña reputación por su primer largometraje, la comedia sociopolítica experimental ‘Tres tristes tigres’ [Three Sad Tigers], que ganó el primer premio del Festival de Cine Internacional de Lucarno de 1969.
En una entrevista con Bomb en 1991, lo llamó "una película sin historia", describiéndola en términos que delataban su natural inclinación hacia la subversión artística. "Tenemos todos los elementos de una historia, pero son usados como paisaje, y el paisaje es usado como historia", dijo.
Empleado por la agencia estatal de cine Chile Films, Ruiz adoptó una aproximación oblicua, surrealista, a los problemas políticos en varias idiosincrásicas películas sobre apremiantes cuestiones sociales, especialmente ‘La colonia penal’ [The Penal Colony], una fantasiosa interpretación de un cuento de Kafka, y ‘La expropiación’ [The Expropriation], sobre un agrónomo que es enviado a encargarse de la hacienda de un terrateniente y encuentra toda una red de contradicciones sociales.
Tras el derrocamiento de Allende en 1973, Ruiz, con su esposa y colaboradora, la cineasta Valeria Sarmiento, que le sobrevive, buscó asilo en Francia. Allá se embarcó en una carrera asombrosamente variada y productiva como director de cine, televisión, video y teatro en media docena de idiomas, ganándose una reputación entre los críticos como uno de los talentos más convincentes, idiosincrásicos y elusivos del cine.
En Francia, donde tendía a usar la ortografía francesa de su nombre de pila, llevó al cine su situación personal en la película ‘Diálogo de exiliados’ [Dialogue of Exiles] (1974), sobre un grupo de chilenos desplazados tratando de echar raíz en París. Luego se embarcó en una serie de películas para la televisión europea, especialmente el dislocado y experimental ‘El cuerpo repartido y el mundo al revés’ [Man Scattered and World Upside Down] (1975), hecho para la televisión alemana, y ‘La vocación suspendida’ [The Suspended Vocation] (1977) y ‘La hipótesis de la pintura robada’ [The Hypothesis of the Stolen Painting] (1978), ambas para la televisión francesa.
A principio de los años ochenta volvió al cine de teatro, empezando con ‘El territorio’ [The Territory], co-producida con Roger Corman, que seguía las aventuras de un grupo de turistas que se pierden en la selva y descienden a la barbarie. En la absurda ‘El techo de la ballena’ [Top of the Whale], también de 1981, un antropólogo que estudia a los últimos dos miembros de una tribu india en Tierra del Fuego descubre que hablan un idioma compuesto de una sola palabra.
Con ‘Las tres coronas del marinero’ [The Three Crowns of the Sailor] (1982), un conjunto de complejas historias interrelacionadas narradas por un marino a una estudiante por el precio de tres coronas danesas, Ruiz entró en su fase madura y empezó a llamar la atención internacional. Como con muchas de sus películas posteriores, incluyendo ‘La ciudad de los piratas’ [City of Pirates] (1983), jugó con maestría, y confundió con astucia las nociones convencionales sobre el guión, los personajes y el punto de vista. "Si lo puedes hacer más complicado, ¿por qué hacerlo simple?’, dijo en una entrevista en el Festival de Cine de Rotterdam de 2004.
En 1985 Jack Lang, el ministro de Cultura francés, lo nombró director de la Casa de la Cultura de Le Havre. Para el festival de Avignon, dirigió su primera pieza de teatro, ‘La vida es sueño’ [Life is a Dream], de Calderón de la Barca, que más tarde llevó al cine con el mismo título, sobre un militante de la resistencia chilena que se olvida de información vital para el movimiento y sólo la puede recuperar mirando películas de ciencia ficción que evoquen la obra de Calderón.
Poco antes de morir acababa de terminar ‘La noche de enfrente’ [The Night Ahead], basada en cuentos del escritor chileno Hernán del Solar.
27 de agosto de 2011
19 de agosto de 2011
©new york times
cc traducción c.lísperguer

0 comentarios