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pan y cine y el santo

Santo Contra el Cerebro Diabólico


La periodista Virginia infiltra como camarera una banda de malvados.
Santo vs. El Cerebro Diabólico no es una mala película, a pesar de la desilusionante ausencia de un científico loco o de un malvado misterioso y de que Santo sólo es usado como una suerte de deus ex machina, que casi no tiene diálogos y que no posee ninguna personalidad particular. La película rebosa acción y está bien producida con un reparto de veteranos y montones de figurantes, e incluye una buena actuación de Luis Aceves Castañeda como un lascivo dictador de una pequeña ciudad. Fernando Casanova está bien como héroe, y Ana Bertha Lepe se ve bien (se la introduce por medio de un primer plano de sus nalgas, envueltas en una estrecha falda). Una nota trivial: el despacho del jefe de los detectives es el mismo set que el usado en las películas de Neutrón (con el mismo y raro mapa colgado de la pared).
Al comenzar la película, los agentes de policía Fernando y Conrado están persiguiendo a todo un cargamento de gánsteres dirigidos por el look-alike de Fu Manchú (Fernando Osés, que más tarde aparece en otro rol como uno de los matones de Canales). El malvado asiático entra al cabaret que maneja y estalla una salvaje pelea cuando Fernando y Conrado tratan de detenerlo. Finalmente, el criminal es capturado. Sin embargo, Fernando se entera de que su novia, la periodista Virginia, he desobedecido sus órdenes y ha ido a Valle del Río a entrevistar al cacique, Refugio Canales. Fernando y Conrado piden permiso en la policía para poder rastrearla.
Entran a la ciudad simulando ser compradores de ganado. Cuando entran a la cantina local, Virginia -que está trabajando clandestinamente, como camarera- se esconde de ellos. Un borracho en el bar critica a Canales y está a punto de ser golpeado por Roque, uno de los hombres de canales, cuando interviene Fernando. Estalla otra pelea, en la que participan todos los clientes, incluso las camareras. Repentinamente, Refugio Canales entra y para la pelea. Se muestra sorprendentemente amistoso con Fernando y Conrado, que se sientan con dos camareras, esperando obtener alguna clave sobre el paradero de Virginia.
Entretanto, el sospechoso recepcionista del hotel -que trabaja para Canales-, registra la maleta de Fernando. Encuentra una chapa policial y un extraño reloj pulsera. No sabe que es un transmisor de radio conectado al cuartel general del Santo y sus sorprendidos comentarios son grabados. Santo y sus asociados los rebobinan, pero no saben dónde está Fernando.
Canales se encuentra en audición con la nueva camarera, Virginia, en el cuarto trasero de la cantina. Le dice con gestos que levante sus faldas y le muestre sus piernas (también muestra un profundo escote cuando se inclina), diciéndole cada vez "más arriba, más arriba", hasta que son interrumpidos cuando Carlos, el recepcionista del hotel, entra apresuradamente con la noticia de los dos policías espías.
Sigue una escena rara en la que la camarera La Jarocha habla, borracha, con Virginia sobre su triste vida, cortada por Cuco Sánchez con una canción igualmente triste. Virginia se entera de que Fernando ha estado preguntando por ella (aunque ella usa un nombre falso, pero La Jarocha no se da cuenta).
Fernando y Conrado descubren que su equipaje ha sido revisado y contactan a Santo a través del radio. Él dice que los ayudará después de su próxima pelea. Esta pelea es contra Nothanael León Frankestein, que sacude su puño con furia gritándole a la multitud, aunque el Santo lo despacha fácilmente en la primera ronda.
De regreso en Valle del Río, dos hombres entran y tratan de apuñalar a Fernando y Conrado, que duermen, pero los policías han puesto dobles en sus camas. Estalla una pelea. Fernando está a punto de lograr que uno de los hombres hable cuando un cuchillo cruza la ventana y mata al matón. En la recepción del hotel, Fernando intenta de que Carlos levante la liebre, pero deben hacer frente repentinamente a Roque y otros de sus hombres. Santo aparece y estalla otra pelea, pero cuando Canales y el resto de la banda aparecen, Fernando, Santo y Conrado escapan.
Más tarde, Fernando y Conrado entran otra vez a la ciudad, crudamente disfrazados, con barbas falsas y grandes y nasones de masilla, impostando el acento popular norteño. Pero son descubiertos cuando el matón Carlos ve a Fernando con su reloj pulsera especial. Los prisioneros son llevados a Canales, que siente curiosidad por el aparato. Conrando se inclina y, pronunciando claramente, le dice: "Señor Refugio Canales, presidente principal de Valle del Río, ¿por qué nos tiene prisioneros en su despacho?" Santo oye esto por el radio de su coche (un Mercedes convertible deportivo). Para que hablen, Canales hace que sus hombres amarren con cuerdas a Fernando y Conrado; las cuerdas son gradualmente tensadas hasta que se desmayan; son revividos con cubos de agua para comenzar la tortura otra vez.
Esta secuencia es bastante larga e intensa. Virginia entra corriendo a la habitación y susurra "Fernando" (y luego trata de negar que lo conoce).
Canales dice que él le sacará la información que necesita y le dice a sus hombres que arrojen a los prisioneros a un despeñadero cercano.
Sin embargo, el Santo los ubica (aquí hay algunos bonitos injertos de Santo montando un caballo) y otra pelea estalla al borde del precipicio. Durante la pelea el Santo arroja a dos malvados por el precipicio (otro tipo se cae torpemente y Fernando noquea a uno al borde), luego pincha a Roque, de modo que este tropieza. El matón Renato escapa para advertir a Canales, impidiendo que el malvado viole a Virginia (otra larga escena con montones de primeros planos de los apasionados y babosos besos de Canales sobre Virginia, mientras ella le tira el pelo y le pincha la cara).
Santo, Fernando y Conrado llegan a la casa, pero son capturados a punta de pistola por Renato y el resto de la pandilla. Sin embargo, descubren que Canales ha huido, llevándose a Virginia y su mal habido botín. Estalla otra pelea.
La policía (¿de dónde?) llega a hacerse cargo. Santo, Fernando y Conrado salen en persecución de Canales, que está de camino hacia una pista de aterrizaje secreta, con su piloto privado y Virginia. El Santo llega primero (después de todo, conduce un Mercedes, mientras que Fernando y Conrado están empantanados en una estación con un wagon prestado de la policía. Se cuelga del fuselaje del avión y, agarrándose con las piernas a un poste, impide que el avión despegue.
Aparece Fernando y le pega a Canales. Después le da unas palmadas a la sucia Virginia, mientras Santo se aleja y se despide con la mano.

1961 Director Federico Curiel Reparto Santo, Fernando Casanova (Fernando Lavalle), Ana Bertha Lepe (Virginia), Beto El Boticario [Roberto Ramírez] (Conrado), Luis Aceves Castañeda (Refugio Canales), Celia Viveros (La Jarocha, camarera), José Chávez Trowe (Roque), Carlos Rincón Gallardo, Fernando Osés (gángster asiático; asesino de Canales), Magda Monzón (camarera), José Loza (Adrián, borracho), Agusto [sic] Benedico (ayudante de Santo), Víctor Velázquez (Morales, editor de diario), Enrique Conto, Manuel Dondé (Carlos, matón), Emilio Garibay (Renato, matón), Cuco Sánchez (cantante), Antonio Bribiesca (guitarrista), Trío Los Gallos (trío vocal), Manuel Vergara ´Manver´(hombre bochinchero en la cantina), Mario Cid (matón en el coche), Jesús Gómez (matón en el cabaret), Rubén Márquez (cliente de la cantina que hace avances a La Jarocha), Manuel Gordo Guevara (bartendero), Juan Garza (matón), Armando Acosta (oficial de policía en la casa de Canales), Vicente Indio Cacama Lara (matón), Victorio Blanco (Cocodrilo, viejo borracho), René Cardona Sr.? (campesino en el funeral), Nothanael León Frankestein (rival de Santo en el ring).

©http://www.wam.umd.edu/~dwilt/santo.html
©traducción mQh
©ciudadela 58, junio 2003

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